lunes, 28 de febrero de 2022

Five Parsecs from Home. Episodio 14: Emboscada.

 Bitácora de travesía J-606X. Apuntes de Dietrich Grüber.

La imagen holográfica de un cerebro electrónico fundido en negro rotaba muy despacio en el centro del puente de mando. Unos centímetros más abajo, la representación en cuatro dimensiones de un rostro anodino y metálico mostraba un enorme agujero ocasionado por el impacto de un arma de grueso calibre.

-Me ha costado reconstruir los nexos inalámbricos- Mencioné ampliando con mis manos la zona central del cerebro -Pero finalmente he conseguido restaurar los más indispensables-.

-¿Y eso significa?- Nadia alzó una ceja.

-Que eso me dio acceso a la memoria interna de este Soulless-.

Volví a ampliar la imagen, esta vez haciendo énfasis en la tarjeta de procesamiento, donde autopistas de nanoprocesadores y silicio constituían las redes de memoria. Señalé un rectángulo gris que afortunadamente no había sido afectado.

-El número de serie de este nanochip se corresponde con Industrias Virek, un conglomerado de empresas muy importante en el sector tecnológico que abarca desde la fabricación de androides hasta los implantes neuronales y la digitalización de la Matriz. Prácticamente todo Unity y el universo conocido dependen de esas empresas- Proseguí.

-No estoy familiarizado con ese sector- Habló Mal.

-Ni yo- Mencionó Yula, después de explotar un globo de chicle.

-Josef Virek- Dijo Sombra -Cuando formaba parte de los Sospechosos Habituales traficábamos con algunos de sus componentes militares en sectores planetarios remotos para conseguir sumas de dinero- Se alzó de hombros y añadió:- Ese millonario no suele hacer muchas apariciones públicas-.

-Pero eso no quiere decir que Virek está detrás de esto. Cualquiera pudo haber adquirido ese Soulless, programarlo y enviarlo a nosotros- Intervino James.

-Cualquiera como Wolfmother- Corrigió Mal.

A una orden de un teclado, proyecté en una holopantalla un vídeo de escasos segundos de duración. No había imagen, sólo voces.

-…Este prototipo es una nueva unidad Soulless castrense que aún no está en el mercado- La voz era masculina y sonaba cansada, poco humana -Hemos utilizado un exoesqueleto similar a los existentes para camuflar sus nuevas prestaciones. El objetivo de Floyd ZX–70 será por ahora recolectar información de tu grupo-.

-Lo comprendo- Respondió la voz femenina de Wolfmother.

-La orden será…-.

El vídeo acababa justo en ese momento.

-Hija de una hiena- Masculló Yula.

-En cierto modo, hemos tenido suerte que hayan destruido a ese Soulless– Habló Nadia.

-Os pondré las cartas sobre la mesa- Hablé después de asentir con la cabeza -En mi anterior vida trabajé para una de la división de Investigación y Desarrollo Neural de Industrias Virek. No sé cuál será el interés de ese sujeto o cómo estará relacionado con Wolfmother, pero creo que debemos actuar-.

-¿En qué sentido?- Preguntó Mal.

-Necesito en primer lugar conseguir un listado de materiales y equipos en la Estación Espacial Zeus- A una orden del teclado, en la holopantalla se proyectó un listado con todo lo que necesitaba.

-Espera, espera- Cortó James -Ni trabajando en encargos toda la vida podríamos adquirir semejantes cantidades-.

-No hablo de comprar- Respondí.

-¿Para qué quieres todo eso?- Mal me miraba con suspicacia.

-¿Recordáis el nanosoft de Arrakeen? Contiene un nuevo diseño que probablemente Virek, Wolfmother, o ambos, estén buscando. Quiero fabricar e implementar ese diseño y para ello necesito todo lo que está en esa lista-.

-Supongamos que te demos un voto de confianza- Continúo Mal -¿En qué consiste?-.

-Un biosoft. Algo que reforzará la posición de Industrias Virek en su particular monopolio-.

-¿No hay nada más?- Nadia también me miraba con difidencia, como el resto. Todos sentían recelo.

-Si vamos a robar allí, se necesitará muchísima ayuda- Dijo Sombra finalmente -Tengo ganas de ver esa estación espacial. Me han hablado mucho de ella y de la seguridad que allí hay. Mis viejos amigos estarán encantados de hacer algún alboroto-.

Omití deliberadamente el resto de la historia. Mi Ludmila

Fuertes golpes se escucharon en la escotilla del Alatriste, interrumpiendo nuestra reunión.

Se trataba de un sujeto de gran estatura. Al menos una docena de pendientes le perforaban una de sus tres orejas. Portaba un arma de escaso alcance y un servomachete de cuatro velocidades.

-¿Sois los que habéis hecho enfadar a Adara?- Sus dientes eran amarillentos y poco aseados.

-Depende. ¿Te debemos algo?- Yula aún seguía mascando el chicle.

-He visto lo que habéis hecho… Ella debe estar muy enfadada en estos momentos… Sé muy bien que buscáis información…-.

-Tu nombre por lo pronto- Le cortó Mal, secamente.

-Moses… Moses Hart. Pero mis amigos me llaman Moss. Hay una taberna no muy lejos de las dársenas… El Rincón del Espacio Reticulado… Buenas cervezas fermentadas en miel de borgest-.

-¿Y?- Nadia tenía una mano en la funda de su laser beam.

-Hay unos sujetos que quieren veros… Son mis jefes…-.

Más tarde todos acordaríamos que sabíamos que íbamos directo hacia una trampa, pero en ese momento se requerían de respuestas y alguna que otra confirmación.

Se trataba de una taberna con enormes bóvedas, mesas sin orden y mucha, demasiada gente venida de distintos lugares de Unity. Apenas llegamos al lugar, una multitud de borrachos nos había abordado.

-¡Eh, amigos! Tengo calidad de la buena-.

-Busco a un grupo de aventureros para matar a alguien en Tagarh, ¿os apuntáis? ¿tenéis nave para ir?-.

-¿Habéis visto los nuevos esclavos? ¿Vais a comprar?-.

Nadia parecía disfrutar con aquel ambiente…

…Yula también. Lo mismo se podía decir del resto.

Pasamos un tiempo indeterminado separados. En algún momento se había perdido Moses de vista, aunque no tardaríamos en volver a verle.

Tras reconocer el lugar en grupos separados, nos reunimos en torno a una mesa próxima a la salida y con las espaldas a la pared.

-¿Y bien?- Mal no dejaba de contemplar a todas las direcciones.

-Por ahora sólo ebrios repugnantes- Respondió Nadia, seguida por el resto.

Me sentía desubicado en ese lugar. La muchedumbre y los gritos eran la norma.

Moses vino acompañado de unos individuos de mal aspecto.

-Mis jefes…- Habló. Otra vez esa horrible sonrisa -Ellos quieren algo de vosotros…-.

-Pensaba que nos darías información- Repuso James.

-Aquí tienes la información que buscáis- Vociferó un matón, al tiempo que extraía un rifle militar debajo de su gabardina.

El primer disparo impactó de lleno en Moses. Nadia había sido muy rápida bajo la mesa. El hombrecillo se desplomó herido en el suelo.

Nos pusimos a cubierto y los gritos comenzaron a escucharse en la taberna. Unos metros más allá, en la barra, un Lizzard de mal carácter rompió una botella en el cráneo de un marinero espacial.

Desde la barra, un camarero extrajo una pistola láser y comenzó a disparar indiscriminadamente a todo cuanto se movía.

El caos y la confusión eran totales.

Pero quienes nos habían emboscado estaban claramente definidos. Quedaban tres tras los primeros compases.

Yula, Sombra y yo nos resguardamos tras una de las mesas volteadas y dábamos fuego de cobertura. Uno de nuestros perseguidores disparó varias veces y mató a dos clientes de la taberna que huían sin dirección aparente.

Nadia consiguió una esquina privilegiada y, con su excelente puntería, destrozó la cabeza de uno de los sicarios. Mal por su parte hizo lo mismo con otro. Quedaba uno de ellos. Un gigante de dos metros de estatura con un flame thrower que no dudó en utilizar en espacios cerrados. Maldito lunático. Inició un incendio y varios borrachos se vieron envueltos en repentinas llamas.

James consiguió dispararle en el depósito de combustible adosado a la espalda. El sicario estaba tan centrado en nosotros, que no se percató de su futuro. Nos pusimos a cubierto, detrás de una barricada improvisada con mesas.

Una explosión terminó de destrozar la mitad de la taberna.

 




Una peligrosa y desorganizada emboscada.

Conseguimos salir a duras penas del lugar. Sombra arrastraba al herido Moses, dejando un río de sangre escarlata a su paso. El sujeto moriría pronto así que no teníamos mucho tiempo.

Curiosos de Éfira se habían agolpado alrededor del lugar.

-Empieza a hablar Moss- Le amenazó Mal.

-Me duele…- Moses gimoteaba y lloraba.

-Te dolerá más- Dijo Sombra, hundiéndole un dedo en la herida.

-Está bien… Está bien…- Moss jadeaba -Somos del Gremio de Sicarios… Nos habían dicho que debíamos mataros… y que el pago sería…-.

-¿Quién?- Preguntó James.

-Alguien… de Trántor…-.

-¿Quién?- Repetí yo, esta vez.

-Una mujer… no sé más… Nos pagó por adelantado y aceptamos…-.

Sombra le soltó y Moses se desplomó en el suelo, desangrándose. Lo abandonamos a su suerte. Cerca de la taberna en llamas, algunos intentaban apagar infructuosamente el incendio con calderos de agua.

Regresamos al Alatriste con la intención de abandonar ese planeta, pero alguien nos esperaba. Se trataba de un funcionario de Unity, escoltado por tres fornidos soldados.

-Acompañarme por favor- Fue su saludo. No daba lugar a un “no” como respuesta. 

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Hasta aquí por hoy. La banda sonora de este episodio.

Saludos cordiales.

Wintermute.
 

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