domingo, 14 de febrero de 2021

Bienvenido al futuro lúdico

 “Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.”

La frase en cuestión es del maravilloso escritor Arthur C. Clarke, el mismo de Odisea espacial y, aunque la exploración y el conflicto en el espacio profundo o en el ya no tan lejano, han sido tratados desde el punto de vista lúdico en diversas publicaciones de esta bitácora, en esta entrada me centraré en algunos títulos englobados dentro del género de ciencia ficción, pero desde un punto de vista más tangible y, probablemente, más diverso.

Robo rally

¿Qué? ¿Los ordenadores centrales de la fábrica se han vuelto locos y han hecho un desastre con los robots? ¿Otra vez?

Empiezo por este juego desenfadado y muy divertido, creado por el mismo autor de Magic The Gathering, en el cual de dos a seis jugadores encarnarán a un ordenador que controla uno de los seis robots utilizados en una fábrica genérica y que produce piezas que serán destinadas a la chatarra. El propósito es hacer una carrera a lo largo de las instalaciones y conquistar una serie de objetivos, sin recibir muchos bugs y fallos en el intento. 

 De Lunes a Viernes trabajamos catorce horas en la cadena de producción, los Sábados la liamos y el Domingo arreglamos el desastre.
 
Se trata de un título de programación de acciones, donde cada jugador dispone de un tablero sobre el cual se colocarán cinco cartas, representativas cada una de las órdenes que deben llevar a cabo los robots. Las cartas se colocan boca abajo y, cuando todos los participantes hayan terminado, se les debe dar la vuelta a la vez. Cada carta dispone de un número que establece cuál irá primero, lo que permite definir una secuencia en el turno. Entre las acciones disponibles pueden estar girar a la derecha o a la izquierda, avanzar un espacio o avanzar dos.

La gracia del juego radica en que un jugador puede planificar sus movimientos, pero éstos pueden verse afectados por lo que ha programado otro, ocasionando situaciones hilarantes y mucha interacción. Por ejemplo, un jugador puede haber programado su robot para virar en una dirección y en el camino encontrarse con otro, empujarle y hacer que caiga por un hueco, truncando así su programación.

Cuando un movimiento o una orden han sido ejecutados, se debe tener en cuenta si se activan los distintos componentes de la fábrica, como cintas deslizantes que mueven a los robots en otras direcciones, tropiezos con muros o esquinas, o engranajes que obligan a girar el robot en un sentido no deseado.

 
Derecha, avanzo, izquierda y… mi robot se precipita hacia el vacío.

Por último, cuando un robot ha terminado de realizar sus cinco órdenes, emite un rayo láser hacia adelante; si el láser impacta contra otro robot le hará un daño. También se pueden aplicar daños debido a efectos de la fábrica o a caídas. Por cada uno se recibirá una carta de bug o spam que se añade al mazo de cartas de órdenes y que limitarán y entorpecerán las posibilidades de acción del jugador.

Para conseguir un objetivo, el jugador debe acabar exactamente en el lugar donde éste se encuentra y ganará quien haya llevado a su robot a través de los objetivos marcados por el escenario de la partida.

Un juego muy familiar y con risas aseguradas.

Mutant Chronicles: El juego de miniaturas

En el lejano futuro, el sistema solar, controlado por gigantescas entidades financieras conocidas como megacorporaciones, se halla al borde del desastre. Durante una expedición a los planetas exteriores Plutón y Nerón, una antigua fuerza de extremada maldad ha sido despertada. Primero apareció la maligna Simetría Oscura, y más tarde el apóstol Algeroth y su infernal Legión Oscura, obsesionados con la destrucción de toda la raza humana.

Incapaz de hacer frente común, la humanidad habría resultado aniquilada de no haber sido por la Hermandad, una implacable secta de fanáticos consagrada a luchar contra las fuerzas del mal y la oscuridad, empleando el poder sagrado de su Arte para expulsar a los demonios de regreso a los infiernos de los que proceden.

 
En el lejano futuro parece que abunda la testosterona.

Así se presenta este juego con más de una década a sus espaldas y que está basado en toda la ambientación de la saga Mutant Chronicles de juegos de rol. Nos encontramos ante una experiencia lúdica bastante disímil, puesto que originalmente el juego se compone de una caja básica en la cual se encuentra todo lo necesario para una partida introductoria pero que, tras éstas, se necesitará de una serie de expansiones que aportan más miniaturas y más facciones. De todas formas, el título de la caja no deja lugar a dudas: “Juego de miniaturas coleccionables”. Por consiguiente, si se quiere incrementar el disfrute de este título y hacerlo más competitivo, es necesario un desembolso de dinero importante. Más bien era necesario, puesto que actualmente se encuentra descatalogado, aunque aún se puede encontrar alguna copia de la caja básica por un buen precio.

Antes de empezar a jugar será necesario construir nuestro batallón. Para ello se usan tres miniaturas, tres fichas de mando y tres cartas de habilidad. Cada uno de éstos puede ser de tipo bronce, plata u oro. Dependiendo del tipo las miniaturas pueden tener más puntos de vida o destrezas. Por su parte, las fichas de mando de bronce otorgan un punto acción a la miniatura, las de plata dos y las de oro tres puntos de acción. Las cartas de habilidad también siguen la misma estructura, las de oro son más contundentes mientras que las de bronce más básicas. La construcción del batallón se realiza teniendo en cuenta que sólo se pueden disponer, como máximo, de tres elementos de bronce, tres de plata y tres de oro.

 
No parece un sitio muy turístico. ¿Empezamos a dispararnos los unos a los otros?

Las escaramuzas se ganan si o bien se conquista el territorio enemigo o si se destruye por completo el pelotón contrario. En su día, la editorial del juego publicó un vídeo promocional bastante interesante.

 

Android: Netrunner

Una reverencia a este juego.

Suspendido en el espacio de la red, al borde de la locura y con las sinapsis disparando ráfagas como una pistola flechette. Nada puede frenarte. – Ji “Ruido” Reilly

 
Horas conectado a la red y aún no he podido conseguir la última película de Dwayne Johnson.

William Gibson es considerado como el padre del género cyberpunk y no es para menos. Su excelente novela Neuromancer inició una estirpe seguida por otros genios como Neal Stephenson, Masamune Shirow o Bruce Sterling.

Siguiendo esta línea, Richard Garfield (otra vez el autor de Magic The Gathering) creó este juego asimétrico exclusivo para dos jugadores en el cual la confrontación directa es la marca. Un jugador asumirá el mando de una de las cuatro corporaciones que rigen los designios de un futuro quizás no tan lejano:

                -Jinteki, especialistas en la clonación.

                -NBN, gran empresa con el monopolio de medios de comunicación.

                -Haas-Bioroid, fabricantes de androides casi humanos.

                -Weyland Consortium, gigante de la tecnología.

El segundo participante asumirá la identidad de un runner, o hacker en términos más coloquiales, que se encargará de incordiar a la corporación. Es posible escoger entre uno de tres grupos distintos:

                -Moldeadores, idealistas con objetivos individuales.

                -Anarquistas, gente con ganas de ver el mundo arder.

                -Criminales, o personas que toman prestado lo ajeno.

 El objetivo de la corporación consiste en desarrollar sus propios planes, denominados Agendas o Planes, a través de los cuales se pueden conseguir adquisiciones hostiles de empresas pequeñas y menos poderosas, ordenar requerimientos prioritarios que obligarán a los empleados a hacer horas extra, o desarrollar un plan de investigación secreto que generará mucho dinero y poder. Por su parte, el objetivo del runner es hacer incursiones en los servidores de la corporación con el fin de robarles esos Planes. El jugador que consiga al menos siete puntos de Plan se alzará con la victoria.

Instalar software, ejecutar virus troyano, superar subrutina y descargar el fichero… ¡Vaya! Parece que he conseguido la lista de compra de un director de operaciones.

 Al inicio de la partida cada jugador roba cinco cartas de su mazo y siempre empieza la corporación, que cuenta con tres servidores centrales: su sede de Investigación y Desarrollo (el mazo propiamente dicho), los Archivos (su pila de descarte) y su Cuartel General (su mano de cartas). Además, es posible crear Servidores Remotos donde es posible instalar las Agendas, planes o trampas para el runner.

Cada uno de esos servidores es protegido por software llamado Hielo que requieren de un coste de instalación y constan de una serie de subrutinas que un runner debe romper si quiere superarlo.

Por su parte, el runner dispone de una zona de juego distinta. Puede instalar programas, hardware o recursos. Instalar programas o software permiten ampliar las posibilidades para enfrentarse a los hielos, pero es necesario tener en cuenta que nunca se debe superar las unidades de memoria, es decir, la memoria RAM de un ordenador; el hardware permite la instalación de consolas y accesorios necesarios para ampliar esas unidades de memoria; y los recursos representan medios que disponen los runners para conseguir dinero o ayudas externas.

En su turno, el runner puede hacer una incursión en la cual debe superar las distintas capas de hielo que ha preparado la corporación para protegerse. Si una subrutina no puede ser superada, la incursión termina con éxito. Si todos los hielos han sido derrotados entonces el runner accede al servidor y roba la carta que allí se encuentre. Si es un plan o agenda, lo puntúa. Si no, puede ser una trampa que haya preparado la corporación para ocasionar un daño cerebral en el runner, limitando así sus posibilidades de acción en turnos posteriores.

Sí, daño cerebral. No lo he dicho, pero en este juego los runners enchufan sus cerebros a las consolas. Encantador.

 

Juego asimétrico, múltiples posibilidades, una caja básica muy balanceada, ampliaciones mediante expansiones y numerosas referencias al género cyberpunk (especialmente a la Trilogía del Sprawl de William Gibson), hacen de Android: Netrunner un juego muy recomendable.

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Termino. Tres juegos distintos que proporcionan experiencias lúdicas que, quizás en unos años o décadas, ya sean una realidad.

Saludos cordiales.

Wintermute (sí, la misma IA de Neuromancer).