sábado, 15 de abril de 2023

Recuento lúdico de 2023 (III).

Otra nueva visita a algunas de las partidas realizadas en lo que va de año. Comenzamos sin más preámbulos.

Heat: Pedal to the metal.

Uno de los títulos más exitosos del año 2022, al menos si nos ceñimos a sus ventas y a que se agotó en distribución al poco tiempo de publicarse. Se trata de un juego de carreras en el cual llevaremos a un bólido a través de cuatro circuitos diferentes (Reino Unido, Estados Unidos, Francia e Italia) compuestos por dos carriles.

Cada vehículo comenzará con un mazo de cartas de velocidad numeradas del 0 al 5, al cual se le incorporan un número determinado de cartas de estrés, las cuales representan la pérdida de concentración del piloto, y cartas de motor forzado. Estas últimas simbolizan el esfuerzo al cual se somete el motor del coche. De ellas, una se integra en el mazo y el resto se dejan aparte, puesto que se irán añadiendo en función del devenir de la partida.

Dependiendo de la marcha del coche se jugará un número concreto de cartas que permitirá avanzar el vehículo a través de la pista, pero el fondo de esta mecánica consiste en forzar lo suficiente el motor para conseguir despuntar, pero sin estropear el coche y, por consiguiente, conseguir efectos indeseados en la partida. Aquí cobran importancia las cartas de motor, las cuales se añaden al mazo cada vez que se fuerce. Si todas esas cartas han sido añadidas y se debe agregar una adicional, entonces se provoca el desastre y el coche quedará varado.


Volar por el circuito como Emerson Fittipaldi sin destrozar la maquinaria.

Creo que conseguir ese equilibrio entre llevar al límite el bólido, tentar la suerte y mantener la posición es lo que convierte a este juego en una buena experiencia. Dispone además de un modo solitario, donde a través de un mazo de cartas específico se controlan al resto de coches. He de decir que hasta la fecha no he ganado ni una sola carrera contra ese modo.

Tiny Epic Kingdoms.

Expande tu civilización de elfos, enanos, goblins o humanos; combate a tus reinos vecinos para arrebatar nuevos territorios, o explota los recursos de tus dominios. Esta es la premisa principal de este juego, vendido como un 4X, pero que en realidad no deja de ser un título con mecánicas centrales de colocación de trabajadores, mayorías y gestión de recursos.

Perteneciente a la serie de juegos Tiny Epic, de hecho, es el primero de ésta, parte de la premisa de disponer de una caja pequeña y contenida, pero con un gran despliegue en mesa. Cada jugador llevará a una raza con unas habilidades concretas y dispondrá de un reino inicial, dividido en varios terrenos, donde cada uno de éstos otorgará un recurso específico.

El diseño original hace de este juego una experiencia competitiva, pero su expansión Heroes’ Call admite el juego cooperativo o en solitario y, ¿por qué no decirlo?, mejora mucho la experiencia del juego base.

 

Centauros y elfos combatiendo juntos por un bien común.

Recomendable para jugar con su expansión.

Mega Man.

En el año 20XX se creó un robot que combatía a los malvados planes del Dr. Wily para la dominación mundial. Este juego intenta recrear el primer título de la mítica NES de 8 bits publicado por Capcom en los albores de los videojuegos de esa consola. En este juego se controlan a distintos personajes de la franquicia, como el mismo Mega Man, Proto Man, Roll y el perro Rush a través de los distintos escenarios del citado videojuego. En cada uno de éstos espera el respectivo jefe robot, como pueden ser Cut Man, Fire Man, Ice Man o Elec Man.

La mecánica principal reside en superar los retos de cada escenario mediante tiradas de dados personalizados de seis caras. Cada dado contiene símbolos como avance, Mega Burst, que combinados deben sumar los requisitos de cada reto. Sin embargo, también hay una cara con el malvado rostro del Dr. Wily que entorpecen esa combinación.

 





Con la banda sonora del Castillo del Dr. Wily de Mega Man 2 es más épico.

Basta con superar dos de los ocho escenarios y derrotar al jefe robot respectivo, para avanzar hasta el castillo del maléfico doctor, enfrentarse al Demonio Amarillo (Yellow Devil) y posteriormente intentar vencer a Wily en una prolongada batalla con lanzamiento desenfrenado de dados.

No es un gran juego y puede llegar a alargarse demasiado para mi gusto, pero al menos para nostálgicos como yo, cumple con la función de entretener.

______

Hasta aquí llego por hoy.

Saludos cordiales.

Wintermute.

martes, 11 de abril de 2023

Recuento lúdico de 2023 (II).

Buenas tardes a los lectores anónimos e invisibles que visitan este olvidable rincón.

Nueva publicación sobre algunas de las partidas lúdicas que he tenido en lo que va de este año. Sin más preámbulos, vamos a detallarlas.

1998 ISS.

Juego del año 2022 y de corte nacional, nos traslada al año 1998 cuando ROSCOSMOS, la agencia espacial rusa, puso en órbita un módulo Zaryá, dando origen a la Estación Espacial Internacional, la cual ha ido creciendo gracias a la unión con la NASA y las agencias espaciales de Europa, Japón y Canadá.

Se trata de un juego de caja pequeña, pero con un gran despliegue en mesa, dividido en dos partes diferenciadas: una superior, donde está la ISS, y otra inferior en la cual se desarrollan las acciones que se llevarán a cabo en órbita. El abanico de acciones disponibles es bastante amplio y abarca, entre otros, el entrenamiento de astronautas, diseño de experimentos, cargar suministros y materiales, o bien fabricar módulos que serán acoplados en la ISS.

¿Qué? ¿No han enviado Fanta Limón? Houston, tenemos un problema.

El juego tiene un componente cooperativo en el cual se construirá y ampliará entre todos los jugadores la estación, pero solo una persona conseguirá la victoria en función de su puntuación final. Como complemento, dispone de un modo solitario en el cual se compite contra FEDOR, un robot humanoide ruso.

Muy recomendable.

Kung Fu Panda.

Ambientado en la simpática serie de películas, se trata de un juego cooperativo en el cual Po y el resto de sus compañeros deberán trabajar conjuntamente para superar los retos de distintos escenarios compuestos por losetas de ubicaciones.

En esencia, entre dos y cuatro jugadores llevarán a uno de los personajes con unas habilidades propias y concretas, aunque se puede jugar perfectamente en solitario llevando a dos de dichos personajes. Mediante una mecánica consistente en el lanzamiento de dados, se obtendrán acciones requeridas para superar a los enemigos y las dificultades de cada loseta. Entre esas acciones se tiene: mover, dar un puñetazo o patada y activar a los villanos o esbirros.

La gracia de esta mecánica reside en que cada turno se debe hacer a contrarreloj, mediante un reloj de arena de tres minutos, con lo cual el turno se convierte en un frenético lanzamiento de dados constante para conseguir superar las etapas del escenario, puesto que hay enemigos que requieren puñetazos para derrotarlos, otros patadas, o bien hay componentes de losetas, como muros de bambú, que requieren ciertas combinaciones de movimiento y golpes para derribarlos.


Be water, my Panda.

Un juego entretenido para pasar el rato con niños, más si os gusta la película.

El gran libro de la locura.

Desempolvo de la estantería este juego con unos cuantos años a sus espaldas. Un grupo de estudiantes de lo arcano y lo oculto, han abierto un libro prohibido de forma imprudente, ocasionando la liberación de horribles monstruos primigenios. Se trata de un juego cooperativo, en el cual hasta cuatro jugadores intentarán derrotar a esos infames seres primordiales, cerrando el libro y sin perder toda la cordura.

Su mecánica es la construcción de mazos, pero con un pequeño toque diferenciador. Al inicio de la partida, cada personaje dispone de un mazo inicial de cartas con cuatro elementos básicos (tierra, aire, agua y fuego), cuatro hechizos iguales para todos y una habilidad inherente o única al personaje. Por otro lado, el libro que origina todos los males, se compone de un mazo de seis cartas, revelando una en cada turno, donde se indica el monstruo en cuestión, sus requisitos para derrotarlo y sus efectos, tanto si es eliminado como si no es el caso.

Me pregunto qué pasará si abro el Necronomicón y leo alguna página.

Durante la partida se puede mejorar el mazo con cartas de elementos más contundentes, así como comprar mejores hechizos. Por el contrario, el mazo puede empeorar a través de las cartas de locura, las cuales se añaden cada vez que sea necesario mezclar el mazo, por efectos de los primigenios o por alguna condición de la partida.

El juego concluye con victoria si se elimina al último monstruo o con derrota si eso no es posible, o bien si en algún momento solo se tienen cartas de locura en la mano, lo cual suele ser lo habitual.

Centauri Saga.

Terminamos de la misma forma como empezamos, en el espacio, pero en unos cuantos siglos en el futuro, con otro juego rescatado del extravío lúdico.  

Se trata de un juego que intenta implementar las cuatro X: eXploración, eXplotación, eXtermino y eXpansión; digo “intenta” porque una de ellas, concretamente la exploración, está presente dependiendo del escenario jugado.  

El juego propone distintas situaciones ambientadas en un contexto de un Imperio Galáctico con intereses en cualquier esquina del espacio: defender una base del asedio de una guarnición alienígena, escoltar una nave civil a través de un sector hostil o bien conseguir los recursos necesarios para arreglar una estación de saltos interestelares.

Cada jugador llevará a una flota con unas capacidades iniciales, en cuanto a carga, habilidades del capitán, centro de mando y laboratorio de investigación.

 



El espacio infinito. La última frontera… otra vez.

Pese a que recibió críticas negativas por algunas ambigüedades en su reglamento y los pocos escenarios de su caja básica, no deja de ser entretenido a la vez que difícil en cuanto a conseguir la victoria. Desgraciadamente, solo se puede conseguir en el mercado de segunda mano.

___________

Hasta aquí este recuento. Nos vemos en la siguiente publicación.

Saludos cordiales.

Wintermute.