martes, 11 de abril de 2023

Recuento lúdico de 2023 (II).

Buenas tardes a los lectores anónimos e invisibles que visitan este olvidable rincón.

Nueva publicación sobre algunas de las partidas lúdicas que he tenido en lo que va de este año. Sin más preámbulos, vamos a detallarlas.

1998 ISS.

Juego del año 2022 y de corte nacional, nos traslada al año 1998 cuando ROSCOSMOS, la agencia espacial rusa, puso en órbita un módulo Zaryá, dando origen a la Estación Espacial Internacional, la cual ha ido creciendo gracias a la unión con la NASA y las agencias espaciales de Europa, Japón y Canadá.

Se trata de un juego de caja pequeña, pero con un gran despliegue en mesa, dividido en dos partes diferenciadas: una superior, donde está la ISS, y otra inferior en la cual se desarrollan las acciones que se llevarán a cabo en órbita. El abanico de acciones disponibles es bastante amplio y abarca, entre otros, el entrenamiento de astronautas, diseño de experimentos, cargar suministros y materiales, o bien fabricar módulos que serán acoplados en la ISS.

¿Qué? ¿No han enviado Fanta Limón? Houston, tenemos un problema.

El juego tiene un componente cooperativo en el cual se construirá y ampliará entre todos los jugadores la estación, pero solo una persona conseguirá la victoria en función de su puntuación final. Como complemento, dispone de un modo solitario en el cual se compite contra FEDOR, un robot humanoide ruso.

Muy recomendable.

Kung Fu Panda.

Ambientado en la simpática serie de películas, se trata de un juego cooperativo en el cual Po y el resto de sus compañeros deberán trabajar conjuntamente para superar los retos de distintos escenarios compuestos por losetas de ubicaciones.

En esencia, entre dos y cuatro jugadores llevarán a uno de los personajes con unas habilidades propias y concretas, aunque se puede jugar perfectamente en solitario llevando a dos de dichos personajes. Mediante una mecánica consistente en el lanzamiento de dados, se obtendrán acciones requeridas para superar a los enemigos y las dificultades de cada loseta. Entre esas acciones se tiene: mover, dar un puñetazo o patada y activar a los villanos o esbirros.

La gracia de esta mecánica reside en que cada turno se debe hacer a contrarreloj, mediante un reloj de arena de tres minutos, con lo cual el turno se convierte en un frenético lanzamiento de dados constante para conseguir superar las etapas del escenario, puesto que hay enemigos que requieren puñetazos para derrotarlos, otros patadas, o bien hay componentes de losetas, como muros de bambú, que requieren ciertas combinaciones de movimiento y golpes para derribarlos.


Be water, my Panda.

Un juego entretenido para pasar el rato con niños, más si os gusta la película.

El gran libro de la locura.

Desempolvo de la estantería este juego con unos cuantos años a sus espaldas. Un grupo de estudiantes de lo arcano y lo oculto, han abierto un libro prohibido de forma imprudente, ocasionando la liberación de horribles monstruos primigenios. Se trata de un juego cooperativo, en el cual hasta cuatro jugadores intentarán derrotar a esos infames seres primordiales, cerrando el libro y sin perder toda la cordura.

Su mecánica es la construcción de mazos, pero con un pequeño toque diferenciador. Al inicio de la partida, cada personaje dispone de un mazo inicial de cartas con cuatro elementos básicos (tierra, aire, agua y fuego), cuatro hechizos iguales para todos y una habilidad inherente o única al personaje. Por otro lado, el libro que origina todos los males, se compone de un mazo de seis cartas, revelando una en cada turno, donde se indica el monstruo en cuestión, sus requisitos para derrotarlo y sus efectos, tanto si es eliminado como si no es el caso.

Me pregunto qué pasará si abro el Necronomicón y leo alguna página.

Durante la partida se puede mejorar el mazo con cartas de elementos más contundentes, así como comprar mejores hechizos. Por el contrario, el mazo puede empeorar a través de las cartas de locura, las cuales se añaden cada vez que sea necesario mezclar el mazo, por efectos de los primigenios o por alguna condición de la partida.

El juego concluye con victoria si se elimina al último monstruo o con derrota si eso no es posible, o bien si en algún momento solo se tienen cartas de locura en la mano, lo cual suele ser lo habitual.

Centauri Saga.

Terminamos de la misma forma como empezamos, en el espacio, pero en unos cuantos siglos en el futuro, con otro juego rescatado del extravío lúdico.  

Se trata de un juego que intenta implementar las cuatro X: eXploración, eXplotación, eXtermino y eXpansión; digo “intenta” porque una de ellas, concretamente la exploración, está presente dependiendo del escenario jugado.  

El juego propone distintas situaciones ambientadas en un contexto de un Imperio Galáctico con intereses en cualquier esquina del espacio: defender una base del asedio de una guarnición alienígena, escoltar una nave civil a través de un sector hostil o bien conseguir los recursos necesarios para arreglar una estación de saltos interestelares.

Cada jugador llevará a una flota con unas capacidades iniciales, en cuanto a carga, habilidades del capitán, centro de mando y laboratorio de investigación.

 



El espacio infinito. La última frontera… otra vez.

Pese a que recibió críticas negativas por algunas ambigüedades en su reglamento y los pocos escenarios de su caja básica, no deja de ser entretenido a la vez que difícil en cuanto a conseguir la victoria. Desgraciadamente, solo se puede conseguir en el mercado de segunda mano.

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Hasta aquí este recuento. Nos vemos en la siguiente publicación.

Saludos cordiales.

Wintermute.

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