jueves, 22 de agosto de 2019

En el espacio nadie puede escuchar tus gritos


Hola amigos invisibles. No, hoy no voy a escribir sobre cierta película referida a un octavo pasajero. Recodaréis que hace unas semanas os describí algunos juegos de mesa de temática espacial y que permiten introducirse en la piel de auténticos exploradores de nuevos horizontes.

No obstante, ¿qué pasaría si durante ese tipo de búsqueda nos encontráramos con otras especies o civilizaciones belicosas? O, sin más, con algún tipo de engendro repugnante cuyo único propósito es acabar con cualquier atisbo de vida. En esta entrada os voy a detallar, y recomendar también, unas cuantas experiencias lúdicas que evocan la peor de las pesadillas que puede tener un grupo de colonizadores o simplemente incautos que pasaban por ahí.


Space Hulk.

Ambientado en el nutrido y diverso mundo de Warhammer 40000, esta joya es una confrontación directa entre dos bandos. Por un lado, un jugador controla a un pelotón de valientes Marines Espaciales fuertemente armados pero muy lentos, cuya única y sencilla misión es limpiar un enorme pecio espacial de carga de una horda de Genestealers Tiránidos que han decidido invadir la nave y aniquilar a todo aquel que pase por allí.

El jugador encargado de los Marines Espaciales tiene la labor de programar sus acciones durante un tiempo limitado y enmarcado dentro de un reloj de arena. Por su parte, el responsable de conducir la horda Genestealer tiene el deber de estrechar el cerco sobre el destacamento militar. La sensación de agobio y claustrofobia es muy evidente. Los Marines Espaciales tienen poco espacio y tiempo para maniobrar. Los Genestealers Tiránidos deben situarse correctamente si no quieren morir acribillados. 

Según la misión y el tamaño del pecio, es posible estar horas dando vueltas alrededor de la mesa y sufriendo cuando el Hermano Claudio, al fin, logra estar adecuadamente encarado para barrer de bichos el pasillo que conduce al puente de mando.



Space Hulk: Death Angel.

¿Creéis que es factible llevar el juego anterior a una experiencia únicamente con cartas? Pues el gran Corey Konieczka lo ha hecho posible. La temática es la misma pero las sensaciones son otras. Entre uno y seis jugadores deberán controlar cooperativamente a un escuadrón de Marines Espaciales con idéntica misión: Despejar un pecio de carga de una caterva de Genestealers Tiránidos, controlados por el mismo juego. Todo ello dentro de una caja muy pequeña que requiere de un amplio despliegue.

Cada Marine se representa mediante una carta y, en función del número de jugadores, se dispone de un pelotón con más o menos integrantes, pero nunca una cifra inferior a seis aguerridos militares. Cada uno de los recintos de la nave se representa también mediante una carta en particular. Es posible explorar desde la esclusa hasta la sala de máquinas infestada por alienígenas sedientos de destrucción.

¿Es fácil ganar en este juego? La respuesta corta es no. La respuesta larga también es no, pero puede llegar a ocurrir el milagro de concluir con éxito el cometido suicida si los resultados de tirar un infame dado de seis caras acompañan a la estrategia general.

Si quieres sufrir y que te duela ver morir a los bien entrenados Marines, éste es tu juego.



Doom.

En efecto, el gran videojuego de ID Software que inició una mítica franquicia de finales del siglo pasado también tiene su equivalente en mesa, donde podréis conocer a gente muy maja.




Sargentos poseídos, demonios, cacodemons, espectros, diablillos, almas perdidas… Toda la galería de monstruos está correctamente representada y debe ser gestionada por uno de los jugadores. Del lado de los humanos responsables de la eliminación de semejante turba, habrá entre uno y cuatro jugadores. La experiencia permite revivir los escenarios con los primeros brotes de la invasión en la nave militar, como también aquellas incursiones en los dominios infernales de ese cruel ejército.

Una digna representación de aquel juego de disparos en primera persona.



XenoShyft: Onslaught

Un grupo de humanos descubrió un valioso mineral llamado Xenotita en un planeta inexplorado. NorTec, la corporación que dirige la explotación de este recurso, ha enviado a un escuadrón de militares muy bien entrenados para que contribuya en las funciones de apoyo y custodia del personal minero que allí se encuentra. Sin embargo, pronto se darán cuenta de que ellos han invadido el hogar de una colmena de desagradables seres que van desde simples insectos tamaño familiar hasta gigantescos y babosos gusanos.

Esta es la premisa de este juego que, sin mencionarlo explícitamente, recuerda a la maravillosa película Starship Troopers. De forma colaborativa, entre uno y cuatro jugadores, deberán reclutar a miembros del cuerpo de infantería, armarlos y defender las instalaciones de la colonia de los constantes y cada vez más agresivos ataques de la colmena, donde morir es lo habitual. Sólo se puede ganar si se resiste el asedio durante nueve rondas, aunque lo habitual es no llegar a la séptima.


¿Desea saber más?




Legendary Encounters: Alien.

Llegamos al ítem que da título a esta entrada. No podía acabarla sin mencionar a este gran juego cooperativo y con una mecánica de construcción de mazos, donde es posible recrear las cuatro películas protagonizadas por Sigourney Weaver.

Cada jugador controla a un avatar que personifica a diversos personajes de las diferentes películas, como por ejemplo un funcionario de la compañía Weyland-Yutani, un androide, un prisionero, un mercenario o un médico militar. Cada uno con su rol y sus habilidades específicas.

Mientras se descubre parte de la trama y se buscan los medios para el violento desenlace (si es que se llega a él), será necesario explorar la nave comercial USCSS Nostromo, el USS Sulaco, Hadley’s Hope, la prisión en Fiorina 161 o la estación espacial Auriga, según sea el escenario seleccionado. La exploración no está exenta de la aparición repentina de xenoformos o de los violentos chestbursters dispuestos a dejar su espantosa semilla en el interior de nuestro avatar.

La sensación de agobio está maravillosamente reflejada en cada una de las fases del juego y, es muy frecuente, no disponer de los medios necesarios para poder conseguir los objetivos, principalmente en las etapas finales. Todo ello aderezado por ilustraciones en las cartas con muchas escenas icónicas.




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Si has conseguido llegar al final de este tocho, sólo me queda recomendar que te animes a probar alguna de estas experiencias. Eso sí, si estás en casa y gritas, alguien podría escucharte.

Saludos cordiales.

Wintermute.