jueves, 6 de enero de 2022

Five Parsecs from home. Episodio 8: Un asunto pendiente.

 Bitácora de travesía S-600L. Apuntes de Dietrich Grüber.

-Mi nombre es Floyd ZX–70, entidad avanzada destinada a escoltaros en vuestras próximas misiones- Nos contempló con sus ojos artificiales antes de agregar: -Órdenes de Wolfmother-.

“Un Soulless” Pensé para mis adentros, mientras intentaba calibrar la envergadura de la situación.

-¿Escoltar?- Mal frunció el ceño y noté una fugaz mirada de reproche hacia mi -Entiendo que sabrás trabajar en equipo ¿no?-.

-La ironía no está contemplada en mi algoritmo básico Sr. Zukhov, pero si su duda consiste en saber si cooperaré en todos vuestros encargos, la respuesta es afirmativa-.

-¿Y cómo sabemos si no estás programado para atacarnos en determinado momento?- Preguntó Sombra.

-No estoy programado para eso- Fue la escueta respuesta.

-¿Y tenemos que creerle a esta cosa?- Replicó Yula, mirándonos.

-No tenéis opción- La voz metálica resonó en el interior del Alatriste.

Floyd ZX–70: Un regalo envenenado de Wolfmother.

 Me encaminé hacia un armario de suministros, con el fin de recargar munición y sustituir baterías de algunos insumos.

-¿Qué se supone que haces, Dietrich?- El tono de Mal no daba lugar a bromas.

-Iré al Club Costa Verde. Tengo un asunto pendiente por resolver y muchas preguntas- Respondí.

-No irás-.

-¿Quién me lo va a impedir? ¿Tú?- Le increpé -Tengo un pista sobre el asesinato de mi mujer y de mi hijo, y no voy a permitir que se enfríe-.

-Dime algo, Dietrich, y necesito la verdad- Intervino James -¿Conoces a ese tal Peter Kingsley?-.

-Sí-.

-Entonces no irás solo- Prosiguió el mercader.

-Te acompañaremos, pero si vuelves a hacer lo mismo que en esa Hermandad…- Dijo Nadia.

-No prometo nada- Interrumpí secamente-.

-Iré con vosotros- Añadió el Soulless.

El Club Costa Verde. Un lugar amplio y estridente, cuyo suelo no tardaría en teñirse de sangre.

La música era repetitiva y rápida, acompañada de incontables luces de colores y neón, cambiantes y con mucha frecuencia, ocasionando un efecto ralentizador en cualquier movimiento. El alcohol sintético era la norma, pero si pagabas un buen precio podías conseguir el mejor ron con caña de azúcar cultivada en Diognesys. Naturalmente, muchas de las actividades que allí ocurrían eran ilegales: acuerdos turbios, sustancias prohibidas, compras dudosas… Pero también era un sitio para pasárselo bien.

Era uno de los negocios de Peter, un prestamista muy influyente al cual acudí en otra vida.

-Las armas no están permitidas en este recinto- Anunció un sujeto fornido de unos dos metros de estatura-.

-No tenemos- Dijo Yula.

-Y los androides tampoco-.

-No es un androide. Es un Soulless, amparado por Unity– Le corregí.

Pasamos sin problemas por el escáner de entrada.

Yula, Mal, Sombra, Floyd y yo nos difuminamos con el público. Decenas de jóvenes danzando al ritmo de los sonidos y extasiados con cualquier porquería sintética. Una de las drogas más comunes era el Amanecer Rojo, una especie de aerosol que se rociaba en los ojos y estimulaba los implantes neuronales, ocasionado visiones de mejores paisajes.

Nadia y James nos esperaban en los lavabos. Había sido relativamente fácil acceder media hora antes con el armamento y el equipo. Simplemente había que hacer los pagos adecuados a los empleados asalariados.

La oficina de Kingsley estaba en una esquina apartada, lejos del tumulto. Un par de matones custodiaba el acceso.

-¿Qué queréis?- Dijo uno de mala forma.

-Un préstamo- Respondí, escuetamente.

-¿Todos?-.

-Son mis socios comerciales y pensamos comenzar un emprendimiento-.

Ambos permanecieron en silencio unos segundos. Era evidente que estaban sosteniendo una conversación con alguien a través de sus implantes neurales.

-Podéis pasar-.

Peter Kingsley esperaba detrás de un escritorio, rodeado por un buen puñado de sicarios. Uno de ellos era un mastodonte calvo y con un ojo infrarrojo. Una mujer elegantemente vestida estaba fumando un cigarrillo extraño, de esos alargados y con aspecto cómico, más bien vulgar.

Alguien peligroso y con poco respeto por la vida.

-Si no estoy viendo a un fantasma, diría que estoy viendo a Dietrich, el mayor experto científico en implantes quirúrgicos que conozco- Dijo, jocosamente.

Me senté frente a él. Ignoré lo que hizo el resto.

-Aún me debes dinero- Prosiguió Peter.

-La Hermandad del Sol Dorado ha dicho que se encargará de saldar mi deuda- Respondí.

-A mi me vale, mientras me devuelvas lo que me corresponde con todos los intereses-.

-He venido por otro asunto de importancia. Mis amigos y yo tenemos un proyecto entre manos-.

-¿Cuánto necesitas?-.

-¿De dinero? Nada- Peter parpadeó ante mi respuesta -Necesito saber qué ocurrió ese día-.

-¿Cuál día?- Detrás del prestamista, el sujeto calvo se estaba poniendo nervioso -Verás, mi amigo aquí presente es cinturón púrpura en artes marciales y…-.

-Y yo tengo esto- Le apunté a la cara con mi arma.

-Caballeros y damas, no me gusta el cariz que está tomando esta conversación- Dijo Floyd innecesariamente.

-Mi mujer y mi hijo, Kingsley. Piensa en ese día- Seguí.

El desenfundado y posterior activación de las distintas armas se escuchó.

-Debo ser honesto contigo, Dietrich, esperaba tu visita y estoy preparado-.

Detrás, una falsa puerta, apareció un nuevo participante, un mercenario genéticamente modificado y con extremidades mecánicas. Un amasijo cibernético cuyos servicios son extremadamente costosos.

Sobrevivir es la única opción.

 El primer disparo impactó de lleno en la cara de acero de Floyd. Ya nos preocuparíamos del Soulless más adelante. Yula y Nadia estuvieron más rápidas y con ágiles movimientos cegaron a dos guardaespaldas. El conflicto se extendió hacia la pista de baile y las mesas. La gente comenzó a correr en un sentido o en otro, gritando por el pánico.

El gigante mercenario y el matón calvo se abrían paso entre la muchedumbre y no discriminando hacia quién disparar.

Muerte en el Club Costa Verde.

 Por mi parte me centré en Kingsley. No le iba a dar la oportunidad de escapar. Mi primer disparo fue directo a sus piernas, pero fallé. Seguidamente corrí detrás de él. Intentaba salir por uno de los accesos de emergencia, pero mi segundo disparo fue exacto. Su mano derecha quedó completamente destrozada.

Más atrás, James y Sombra hacían fuego de cobertura.

Peter se estaba incorporando cuando lo alcancé.

Le arrinconé contra la pared, le moví el cuello hacia la derecha y hallé lo que buscaba: el periférico externo de conexión con el cerebelo. El tipo de puerto usado para conectar cualquier dispositivo con un microcable.

-Has dicho antes que soy el mayor experto científico en implantes quirúrgicos que conoces. En realidad, no es así- Conecté al periférico de su cuello un decoder, un aparato que me permitiría estimular el sistema nervioso -Soy el mayor experto científico en implantes quirúrgicos de todo Unity- ¿te duele la mano?-.

-Por favor…-.

-Te dolerá más-.

El decoder estaba controlado remotamente con mi PAD, simplemente tenía que amplificar ciertos estímulos artificialmente. Usando las secuencias correctas, incluso podía simular las sensaciones de una extracción injustificada de órganos sin anestesia.

Peter aulló de dolor.

-¿Quién ejecutó y organizó el atentado?-.

-Te daré dinero…- Gimió -Todos los créditos que quieras…-.

Una nueva amplificación. En el cuello, las venas de Kingsley se hincharon.

Mi sesión privada con el prestamista.

 -Me matarán si digo algo…-.

-Si no me lo dices ahora, no les daré la oportunidad-.

-¡Dietrich! ¡Detente!- Gritó Mal. El tiroteo había terminado.

Activé el Insta-Wall y generé un muro magnético que me separaba del resto de mis compañeros. No tenía mucho tiempo.

-Suministré los explosivos y proporcioné los medios, pero la orden vino de alguien muy importante-.

-¿Quién?- Pregunté. Mi dedo estaba en el PAD, dispuesto a infligir más dolor-.

-No lo sé… ¡No lo sé!- Peter lloraba –El mensaje fue cifrado, pero es alguien importante, seguro… El objetivo eras tú. No tu familia… Es todo lo que sé… Créeme, por favor… Quiero vivir… Créeme-.

-Te creo- Le dije, antes de incrementar la simulación de dolor y comenzar de nuevo.

Esta vez no la detuve. Me limité a observar cómo Peter chillaba hasta que su corazón se detuvo para siempre.

___________________________

Han ocurrido muchos eventos en este episodio. Un nuevo tripulante que ha durado una partida y un científico ávido de venganza, dispuesto a mostrar su lado más oscuro.

Respecto a la banda sonora, creo que este clásico es adecuado.


Saludos cordiales.

Saludos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario