domingo, 27 de octubre de 2019

Éxodo: Capítulo I.8


Capítulo I.8

El vehículo era de color negro, con vidrios tintados y blindados, puertas de pesado acero, carrocería revestida en titanio galvanizado y un potente motor eléctrico a base de baterías de litio que debían ser recargadas cada hora. En resumen, el vehículo era una oda patética al consumo desmedido e inútil de energía, tal como sucedía en el lejano tiempo de los combustibles fósiles. En su interior, reinaba la indolencia y la molestia gracias a la apática presencia del General Bill Faraday.

Gruñó cuando el vehículo detuvo su avance cerca de la multitud formada por curiosos, policías y personal de la edificación donde había estado horas antes.

-Señor, hemos llegado- Habló un chófer mecanizado y con voz automática.

Bill detestaba estar allí, pero era su obligación hacerlo. Había pasado una hora desde que su supervisor y jefe directo en el Servicio de Inteligencia Mundial le comunicara la naturaleza del incidente que tenía lugar en esas instalaciones militares. Se incomodó enseguida, pero también contempló una oportunidad. El sólo hecho de que el prepotente de Marcus Richardson fuese víctima de un secuestro, le daba motivos para exigir una mayor intervención en el proyecto de las yoyotermitas o como sea que se denominasen.

Descendió con agilidad y provocando un balanceo momentáneo en el vehículo. Con paso firme, se acercó hacia donde se hallaba el contingente de la policía y preguntó por la persona que dirigía la situación.

-Soy yo. Inspector Ignacio Fuentes, a sus órdenes- Dijo un hombre muy delgado y con un bigote negro.

-Bien, Inspector Fuentes, tengo dos noticias para usted. La primera es que ahora soy yo el que gobierna el cotarro aquí y la segunda es que procederemos a entrar-.

-No estoy de acuerdo, General Faraday. Allí dentro hay un asesino en serie al que le seguimos la pista desde hace dos meses…-.

-Pues no le han seguido la pista como es debido- Replicó el militar con desgano –He ordenado hace veinte minutos el asalto de un escuadrón de élite que acabará con ese tipo-.

-General, tiene como rehén a un empleado y ha descuartizado a una mujer que no hemos podido identificar. Tenemos a un negociador dentro, así que le pido una oportunidad-.

-¿Y qué es lo que ha logrado?-.

-De momento nada específico. El secuestrador ha pedido que el Sombrero Loco le sirva un té y que Pulgarcito le dé un sándwich de jamón-.

-¡No pienso escuchar semejantes incoherencias!- Bill se encaró con el raquítico policía y le puso el dedo índice en el pecho –Su asesino retiene a un hombre cuyo conocimiento vale millones, así que no daré marcha atrás a mi escuadrón ¿entiende mi postura?-.

-Será un derramamiento de sangre del cual no queremos formar parte- Replicó Fuentes, haciendo caso omiso de la evidente diferencia de contextura que había entre ambos.

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