sábado, 16 de octubre de 2021

Five Parsecs from home. Episodio 3: Niveles inferiores

 Bitácora de travesía M-594S. Apuntes de Dietrich Grüber.

-¿Papá?... ¡PAPÁ!-.

¡Pum!.

Desperté violentamente y con sudor en mi frente. Recuerdos… Recuerdos que acechaban diariamente.

Las costillas me dolían, pero al menos ya estaban casi curadas. Estar en la Sick Bay del Alatriste era, cuanto menos, un agobio, pero al menos tuve tiempo de pensar. Tan sólo esperaba que los analgésicos disimularan muy bien las molestias.

Decidí que debía hacer algunos ajustes en el software de navegación. Yula era una piloto muy temeraria y quizás yo podría establecer ciertas rutinas de cálculo de trayectoria que corrigieran sus imprudencias. Estaba a punto de concluir los primeros arreglos, cuando una voz afónica, posiblemente afectada por el exceso de tabaco, se dejó escuchar en el umbral de la puerta de acceso a la nave.

Un día muy atareado en el puerto espacial.

-¿Hay alguien?- Preguntó, seguido de una breve tos.

-¿A quién buscas?- Repliqué a modo de saludo.

-¿Sois quienes estáis trabajando para el Regente?-.

Se trataba de un sujeto de cabello canoso y vestido con uniforme gris y dorado, una ridícula corbata le atragantaba el cuello. Era sin duda un policía de Nova Vinicius.

-Somos autónomos- Fue mi resumida respuesta.

-No veo a nadie más-.

-Entremos y me cuentas a qué has venido-.

El policía se sentó en uno de los asientos, concretamente el que ocupaba Nadia durante los viajes.

-Me llamo Xavier McKinsey- Dijo, carraspeó y prosiguió: -En los bares no se habla de otra cosa que de vuestra paliza a esos mercenarios…-.

-No fue así- Repuse, con una mano a la altura de mis costillas.

-En cualquier caso…-.

-Dietrich-.

-En cualquier caso, Dietrich, vengo a pediros ayuda, obviamente seréis recompensados- En su muñeca derecha había un Mini-PAD, pulsó un botón y un holo-plano 3D comenzó a flotar en el aire a una velocidad de rotación muy baja -Los niveles inferiores de Nova Vinicius, donde habita la gente pobre y quienes no se pueden pagar una vivienda en la superficie-.

Alcé una ceja.

Al ver el holo-plano me pareció que era una versión más pequeña de las infra-ciudades de Trántor.

  -Se compone de exactamente 99 niveles, para una población de unos ocho millones, aunque el censo no es muy fiable, la verdad. Pueden ser más-.

-¿Y?-.

-Hace veinte horas perdimos toda comunicación con los niveles del 74 al 99. Son habituales los robos de fibra óptica y pensamos que se trataría de algo parecido, pero a los doscientos minutos se perdió contacto con los siguientes nueve niveles, así hasta llegar al 43. El Regente decidió establecer un perímetro de seguridad en el nivel 42, así que desplegamos un gran contingente de guardias y efectivos de seguridad privada-.

-¿Habéis explorado la zona?-.

-Hemos enviado drones y dos pelotones mixtos-.

-¿Mixtos?- No estaba familiarizado con la jerga.

-Policías y contratistas de Toriyama Corp y Zuckerborg Tech. Nadie ha vuelto-.

En ese momento, Malcolm y los otros irrumpieron en el Alatriste. Estaban acompañados de un hombre que no conocía.

-Creo que tenemos trabajo- Hablé.

Malcolm y el resto escucharon el relato que Xavier. Noté cómo el policía miraba de reojo y con frecuencia al nuevo. Ya tendría tiempo de enterarme de quién era.

-¿Y qué se espera de nosotros?- Preguntó James.

-Queremos que vayáis al nivel inferior 43, investiguéis qué es lo que está pasando y, si es posible, traigáis alguna prueba para saber a qué nos enfrentamos-.

-Consigamos o no esa información, cobraremos igual- Respondió Malcolm -Y si traemos la muestra nuestra tarifa se duplica, ¿de acuerdo?-.

Un descenso muy rápido.

 El ascensor que comunicaba los distintos niveles era muy rápido. La aceleración imprimida por los acopladores magnéticos hacía que el estómago se contrajera de forma abrupta.

Yula se quedó en nuestra nave a petición de Malcolm. Quería que estuviese a punto. Por algún motivo o corazonada la mayoría teníamos la sensación de que nuestra presencia en ese planeta estaba llegando a su fin.

Pude conocer a Bill Callahan, un agente de Unity que se había inmiscuido en la tripulación. Su presencia simplemente me disgustaba.

El nivel 42 había sido completamente evacuado hacia los otros emplazamientos superiores. Una gran cantidad de policías y guardias corporativos, equipados con gran armamento saludaban al paso de Xavier.

-El ascensor ha sido clausurado a partir del 43- Anunció -Deberéis acceder a ese nivel usando las escaleras de emergencia-.

La entrada a tales escaleras estaba custodiada por una decena de hombres que apuntaban con su armas a la puerta.

-Suerte- Musitó el policía, como si pensaba que no íbamos a volver.

 Las escaleras eran oscuras y, de vez en cuanto, una miserable luz titilaba dando una precaria iluminación. La humedad se notaba por todas partes, pero lo peor era sin duda el silencio.

Silencio. Eso era lo que más angustiaba.

Accedimos sin problemas a la puerta que nos dio un panorama desolador.

Viviendas destrozadas, cadáveres desmembrados, signos de lucha, muros derruidos e incendios puntuales. Un completo desastre.

Imágenes que se han quedado en mis retinas para siempre.

Si las escaleras estaban en la penumbra, aquí la oscuridad era total. Detrás de unos edificios, se escuchaba en la distancia cómo algo roía y masticaba. El chirrido ocasionado era grotesco. En algún momento, se oyó lo que me pareció el triturar de un hueso.

Avanzamos en silencio y divididos en tres grupos. Sombra y James estaban juntos por el flanco izquierdo, Malcolm y yo por el derecho, y Nadia y ese agente por el centro. La idea era rodear las ruinas de un edificio y acorralar a eso que estaba ocasionando ese ruido.

El crepitar de las llamas y la caída monótona de una gota me estaban provocando una desesperación inusitada. Conseguimos llegar hasta esas ruinas y, en un gesto de imprudencia, Bill iluminó con una linterna hacia el fondo.

La criatura abrió lo que parecía ser una boca deforme llena de colmillos bañados en sangre. Graznó y enseguida otras más se unieron como un enjambre.

¿De dónde vienen o qué demonios son?

Retrocedimos, pero James y Nadia estuvieron muy acertados con sus rifles de largo alcance. Las criaturas eran más rápidas, aunque el láser lo era aún más.

Allí abajo nadie podía escuchar nuestros gritos, así que tuvimos que disparar y correr, tanto como permitieran nuestras piernas.

Acabamos con tres de ellos, pero el más grande era más resistente. Sombra tomó la cabeza de una de esas criaturas y volvimos sobre nuestros pasos, buscando una salida que nos llevara a los niveles superiores y fuera de esa pesadilla.

Sospecho que… No lo sé, pero parecen criaturas artificialmente creadas.

Xavier parecía sorprendido cuando nos vio aparecer por la puerta de las escaleras. Pero estaba genuinamente asustado cuando Sombra arrojó al suelo la cabeza de una de esas criaturas.

-¿Pero qué es eso?- Balbuceó.

-Lo que está allí abajo- Respondió.

El policía tragó saliva.

No tengo pruebas, pero esto está hecho por la acción humana.

-Páguenos- Dijo Malcolm.

Xavier parpadeó.

-Si, claro-.

El Simestim se actualizó enseguida.

-¡Declaro la alerta roja en toda Nova Vinicius!- Exclamó el policía -Alerta roja inmediata y evacuación del personal no esencial-.

Fuimos los primeros en abordar el ascensor hacia la superficie. Volvimos al puerto espacial y todo era un caos. Multitudes sobornando a funcionarios para ser ellos los primeros en abandonar el planeta. Un sujeto nos pagaba 40 créditos si lo sacábamos a él y a toda su familia, pero Mal se negó en redondo, pese a las quejas de Bill. No quería cargas.

Yula tenía todo a punto y los turborreactores de Alatriste rugieron cuando se le solicitó potencia máxima. No esperamos autorización para el despegue, así que salimos entre todo el bullicio del tráfico desordenado de naves.

En minutos estábamos en la órbita de ese planeta, sin saber exactamente hacia dónde nos íbamos.

-Debemos hablar- Dijo el agente de Unity.

Nadie le hizo caso.

-Tendríamos que habernos quedado para ayudar al Regente…-.

-Ni una mierda- Le interrumpió Nadia, secamente.

-¿De qué vais vosotros? Sois unos anarquistas libertarios que os vendéis al mejor postor. Eso es inadmisible dentro del orden de Unity-.

-¿Quieres saber una cosa? Por mí, Unity se puede ir al cuerno- Le espetó Malcolm.

-Un capitán no sólo se debe a su tripulación, también se debe a las autoridades- Bill pretendía ser enérgico -Desde este momento, me declaro como capitán, confisco esta nave y a todos sus operarios en el nombre del gobierno central de Unity, en conformidad con el reglamento T 1298/34, sección 17.34. Todos vosotros deberéis subordinaros ante mi y quien se niegue será juzgado con la pena de muerte-.

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Pues parece que Los canallas miserables tienen a un nuevo capitán después de enfrentarse a un enemigo muy errático y carroñero.

Espero que hayáis disfrutado de la lectura de esta narración, tanto como yo escribiéndola.

Como no podía ser de otra forma, la banda sonora de esta partida está tomada directamente de la película Aliens.

 Saludos cordiales.

Wintermute.

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