sábado, 9 de octubre de 2021

Five Parsecs from home. Episodio 1: Un encargo dudoso

 Bitácora de travesía B-592A. Apuntes de Malcolm “Cap” Zhukov.

Llevamos una buena temporada haciendo varios saltos espaciales y buscando un planeta más o menos decente para ganar unos cuantos créditos. Yula sigue pensando que la mejor forma es introducir coordenadas aleatorias y ver dónde nos lleva, pero Dietrich aplica un poco de su rigor matemático para hacerle entrar en razón.

Finalmente llegamos a Nova Vinicius, un planeta burocratizado y eso me molesta. Nada más aterrizar en la dársena 14 del puerto espacial, un funcionario con ropas oscuras nos hace pagar dos créditos (más uno de “comisión”) para conseguir una licencia de trabajo y permanencia. El pago fue a regañadientes, lo reconozco, pero al menos la inversión nos servirá para conseguir beneficios, o eso espero.

Parece bonito desde fuera, pero por dentro es horrible.

 No tardamos en encontrar otro incordio. Sombra siempre se interesa por el mercado legal (y de otro tipo) de armas. Tras una fugaz visita a la armería del mismo puerto, el comerciante nos habla de un impuesto obligatorio para la compra y licencia de armamento. Un puñetero crédito adicional al precio de venta estándar. ¿Están locos este planeta? ¿Quién administra todos esos ingresos?

No tardamos en conocerle. Nadia y yo hicimos algunas pesquisas en el downtown, y los holo-anuncios mostraban noticias sobre un robo reciente en plena sede gubernamental. Aparentemente, un tiroteo había tenido lugar con resultados de sangre. Lo habitual, cuando la violencia es la norma. Se ofrecía una recompensa a quien diera información relevante sobre el caso y más si se conseguían a los responsables.

Acudimos a la Regencia, un organismo dependiente de Unity, y cuna del gobierno local de Nova Vinicius. Tras presentar nuestra licencia recién adquirida, nos condujeron ante el Regente, el responsable de todos esos impuestos que amablemente hemos pagado.

Gabriel Wotan, Regente de Nova Vinicius. Se nota en qué invierte los fondos públicos.

-Ya veo- dice el burócrata, mientras le da una buena calada a su habano -Sus credenciales parecen estar en regla, así que iré directamente al grano -Hace siete horas hemos sufrido un ataque en este mismo edificio. Ha sido rápido y coordinado, sabían lo que hacían. Aún lo estamos investigando, pero eran cuatro sujetos bien aprovisionados y armados-.

En un holocubo muestra unas imágenes de los atacantes, uno de ellos tenía la cara descubierta, como si quisiera que lo reconocieran, los otros estaban ocultos.

-Éste debe ser el líder- Señala al de cara descubierta -Los registros policiales dicen que se llama Santos Ramírez-.

 No parecen muy amigables.

-Mercenarios Tormenta de Sangre, Blood Storm Mercs- Murmura Sombra, malhumorada.

El Regente parpadeó.

-Las armaduras- Agrega ella, como si fuese obvio.

-¿Cuál fue el objetivo del asalto?- Pregunté, intentando reconducir la conversación.

-Han robado un PAD con información sensible a nuestro gobierno. Veréis, no somos una gran nación, pero estamos bajo el amparo de Unity, y cualquier filtración debe ser erradicada-.

-¿Por qué no enviáis a vuestras fuerzas de seguridad?- Interroga James, siempre suspicaz.

-Necesitamos que esto se resuelva mediante medios privados- El Regente se encoge de hombros -No sé si me entendéis, pero sospechamos que esos sujetos han tenido ayuda interna. Encontrar a esos tres individuos, recuperar el PAD y traerlo de vuelta-.

-Antes ha dicho que eran cuatro- Comentó Nadia, parca y atenta.

-Uno de ellos falleció en la huida- La sonrisa del Regente era maliciosa.

Avanzamos por la noche cubierta de luces de neón y colores brillantes. Sombra nos dio alguna actualización sobre lo que sabía en relación con esos mercenarios, de sus tiempos en los Sospechosos Habituales: agresivos, armados con rifles militares y espadas, con capacidad de controlar el pánico y que actúan por contrato. Da igual si es el mismísimo gobierno o si se trata de un narcotraficante.  Su banda siempre trataba de evitarlos.

James rompió unos cuantos dedos en los bajos fondos y conseguimos un indicio. Se trataba de la dirección de una pista clandestina para naves de tamaño compacto, localizada en los suburbios.

Fue imposible pillarles por sorpresa. 

El factor sorpresa no estaba de nuestra parte.

Afortunadamente se encontraban lo suficientemente lejos como para que Nadia quedara en la retaguardia cubriéndonos mientras avanzábamos hacia el trío de mercenarios. Dietrich reconoció el PAD y se encaminó hacia el aparato, pero uno de los esbirros le disparó. Por fortuna, su chaleco de plastikevlar le salvó de una muerte segura, pero el impacto le fracturó dos costillas. Nada que la Sick Bay de Alatriste no pueda recuperar en el corto plazo.

Sombra Negra tuvo tiempo de poner a Dietrich a cubierto y echarle una buena bronca.

Lo reconozco. Pudimos ganar porque ellos eran tres. De haber sido más, quizás no estaría dejando registrada esta bitácora. Aseguramos el perímetro alrededor del PAD y eliminamos a los tres sujetos. Registramos los cuerpos, pero no hallamos nada útil. Sus armas estaban codificadas con el ADN de estos mercenarios, así que eran inservibles. 

No obstante, el PAD fue una mina relativamente buena. Estaba protegido con una contraseña de doce dígitos, pero Dietrich, pese a sus lesiones, la consiguió desbloquear. La información sensible de la cual nos habló el Regente se trataba de un esquema 3D de una baratija de orfebrería indexada a una mujer (personal trinket). No sabemos qué relación tiene con este robo, pero si alguien contrató a estos matones para robarlo es que debe ser importante. Hicimos una copia adicional y volvimos a bloquear el PAD.

 Éxito. Ahora a cobrar.

 -Espero que no hayáis tenido muchos inconvenientes- El Regente parecía satisfecho.

-Uno de los nuestros ha sido herido- Respondí.

-Nada grave, espero- Dijo el político -Os recompensaré por vuestro trabajo y os daré un extra por las molestias. Si lo deseáis, podéis venir cuando os apetezca. Aquí nunca nos aburrimos-.

La transferencia de créditos fue inmediata hacia las arcas de nuestro Simestim.

-Una cosa- Habló antes de despedirse -Por nuestra relación futura, espero que no hayáis sucumbido a la tentación de ver el contenido del PAD-.

-Para nada- Mintió Nadia. Se le daba muy bien.

Mientras volvíamos al puerto espacial para ver cómo seguía Dietrich, alguien nos abordó.

-¡Eh! ¡Vosotros!, los del Alatriste- Exclamó con los brazos en jarras -Esto os interesa-.

 __________________

Hasta aquí la narración de la primera partida a esta campaña de 20 turnos. Si habéis concluido esta lectura os lo agradezco. Finalizo con la que ha sido la banda sonora de la batalla.

Saludos cordiales.

Wintermute.

2 comentarios:

  1. Qué grande eres. Espero que en algún otro momento de la campaña, podamos conocer algo más de ese Santos Ramírez... parecía un tipo interesante jejejeje. ¡Abrazotes reticulados!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias por pasar y leer! Sin duda ha sido un personaje importante y es posible que regrese. A ver qué dicen los D100.

      Un abrazo.

      Eliminar