miércoles, 16 de junio de 2021

En la "deep web" lúdica: Una revisión

 Disponer de una amena mañana, tarde o incluso noche para disfrutar de momentos lúdicos, en ocasiones, puede ser complejo, más aún en la coyuntura y limitaciones actuales. Por fortuna, los aficionados disponemos de diferentes alternativas que nos permiten satisfacer nuestra necesidad lúdica, además de conectar con multitud de personas en todo el planeta.

Alternativas como Tabletopia, Vassal o Board Game Arena que facilitan la adaptación de juegos de mesa en las pantallas de nuestros ordenadores. A continuación, os describo algunas de las delicias que he podido probar en la anteriormente llamada autopista de la información.

Splendor.

Los comerciantes del Renacimiento intentaban conseguir el máximo Splendor y no reparaban en gastar sus riquezas en comprar minas de piedras preciosas, medios de transporte y  tiendas donde contrataban a los mejores artesanos para tratar sus preciadas materias primas. Todo con el fin de vender los productos más exclusivos de la época que le proporcionarían grande riquezas y las visitas de los más altos nobles para admirar y comprar sus preciadas mercancías.

Ésta es la presentación de este juego, en el cual de dos a cuatro jugadores interpretarán a comerciantes del Renacimiento, que usarán riquezas para comprar minas, orfebres y medios de transporte con el fin de fabricar piezas de joyería y ganar el favor de Nobles europeos en el proceso.

Mi tesoro. Nadie me lo quitará…

Una partida de Splendor se desarrolla a través de un número indeterminado de rondas hasta que uno de los participantes consiga quince o más puntos de victoria, momento en el cual se jugará una última ronda y el ganador será quien obtenga la mayor cantidad de estos puntos.

La mesa se compone de tres mazos diferenciados de cartas de desarrollo, cuyas dos funciones consisten en, o bien suministrar permanentemente un tipo de gema u otorgar un número de puntos de victoria determinado por la misma carta.  Cada una de estas cartas indica además el coste en tipos y cantidades de gemas que se debe pagar para comprarla. Como se ha escrito anteriormente, cada mazo representa un nivel definido como I (un círculo blanco en el reverso verde de la carta), II (dos círculos en el reverso naranja) y III (tres círculos blancos en el reverso azul). El nivel más bajo contiene las cartas más baratas y el más alto las más costosas.

Como complemento a las cartas, se requiere también de una serie de fichas que representan los recursos requeridos para comprar las cartas. Existen dos tipos de fichas, las de oro (en color amarillo) y las de gemas en los siguientes colores y tipos: esmeralda (verde), rubí (rojo), zafiro (azul), diamante (blanco) y ónice (negro).

En su turno, un jugador puede hacer una de las siguientes acciones:

  • Tomar tres gemas de la reserva, una por cada tipo o color.
  • Tomar dos gemas de la reserva de un mismo tipo o color. Si hay 3 o menos gemas de la misma tipología, esto no es posible.
  • Reservar una carta de desarrollo y tomar una ficha de oro de la reserva.
  • Comprar una carta de desarrollo pagando el número de gemas requerido. 

El arte del comercio en el siglo XVI.

Si en algún momento de la partida disponemos de una cierta cantidad de gemas, mediante las cartas de desarrollo, que sean del interés de uno de los nobles en juego, podemos conseguir el favor de éstos y conseguir el número de puntos de victoria indicado en su ficha.

En resumen, estamos ante un buen juego de duración bastante acotada y con bastante interacción entre los participantes, donde cada uno intentará conseguir el mayor número de puntos y alzarse con el triunfo.

Can’t stop.

A riesgo de equivocarme, diría que estamos en presencia del primer juego con la mecánica clásica de tentar a la suerte. Un título que lleva ya cuarenta de años de publicada su primera edición y que ha sido reimplementada en multitud de ocasiones. La versión que he podido probar tiene como contexto la escalada de una montaña indeterminada.

Alcanzar la cima del Kilimanjaro, el Txindoki o el K2 es cuestión de dados y mucha suerte.

El juego se compone de un tablero, dados y fichas. Durante la preparación cada jugador, entre dos y cuatro, recibirá diez fichas de un color a su elección. Adicionalmente, en su turno el participante dispondrá además de tres fichas de color negro que representarán el avance de los escaladores. El tablero se divide en columnas con distintas casillas dispuestas verticalmente. Cada columna tiene asociado un número determinado.  

Al principio del turno, el jugador lanza los dados y debe agruparlos en grupos de dos y sumar el resultado. Dependiendo del mismo, puede colocar una de las fichas negras en la base de la columna o bien en la casilla donde estaba una ficha de su color según los turnos anteriores. Seguidamente, puede optar por lanzar otra vez los dados y, si a partir de la suma en grupos de dos obtiene el mismo número de una columna donde tiene fichas, puede seguir avanzando en dirección ascendente sobre ésta.

La persona participante puede seguir optando por relanzar los dados y repetir el proceso hasta que se cumplan una de las dos condiciones siguientes:

  • Consigue llegar hasta la última casilla superior de la columna.
  • No puede avanzar más en la columna, en cuyo caso habrá perdido todo el avance elaborado.

Si no quiere relanzar los dados, también puede escoger acampar y colocar una ficha de su color en la última casilla conseguida. En los próximos turnos deberá empezar a partir de ésta.

 
¿Y qué haremos cuando lleguemos a la cima? Pues tomarnos una foto para el Instagram y luego bajar, obviamente.

El juego termina cuando uno de los participantes consigue que una de sus fichas esté en la casilla superior de un total de tres columnas. Es verdad que la estrategia de este juego es escasa, pero al menos dará para varias partidas consecutivas gracias a su corta duración.


Kingdom builder.

Los monarcas construyen sus dominios y expanden su reinado a través de campos floridos, desiertos o planicies eternas.

Estamos ante uno de esos juegos con una portada muy épica pero que en mesa requiere de abstracción y mucha atención. Entre dos y cuatro jugadores intentarán conseguir la mayor cantidad de oro al tiempo que afianzan sus asentamientos y su reino.

No, no es Robert Baratheon llegando con su martillo a Desembarco del Rey.

El tablero se compone mediante cuatro cuadrantes, cada uno de ellos con hexágonos que representan los diferentes tipos de terreno que nos podemos encontrar: desierto, hierba, bosque, barranco, flores, montaña y agua.

Al inicio de la partida se revelan tres de las diez cartas de objetivo que delimitarán las condiciones para ganar oro en la partida. Por ejemplo, la carta de mineros otorga un punto de oro por cada asentamiento propio adyacente a una montaña, la carta de pescadores otorga un oro por cada asentamiento adyacente a una casilla con agua, o bien la carta de caballeros otorga dos unidades de oro por cada asentamiento en la fila horizontal con mayor cantidad de asentamientos propios.

Al inicio de la partida, cada jugador dispone de cuarenta fichas de asentamiento de su color y obtiene una carta del mazo de terreno, mediante la cual le indica dónde debe construir entre cinco de las opciones disponibles: desierto, hierba, bosque, barranco y flores. En su primer turno, el jugador debe colocar tres asentamientos donde quiera, siempre y cuando sean adyacentes entre sí y coincida con el tipo de terreno descrito en la carta.

Tanto en este primer turno como en los siguientes, se deben tener en cuenta las siguientes reglas de colocación de asentamientos:

  • Únicamente se debe colocar un asentamiento en cada hexágono de terreno.
  • Cada asentamiento siempre se debe colocar de forma adyacente a uno ya existente. En caso de que no sea posible, se debe colocar en otro hexágono con el tipo de terreno que coincida con el reflejado en la carta.

Adicionalmente, si un jugador coloca uno de sus asentamientos de forma adyacente a una localización especial puede obtener una ficha indicativa de dicho emplazamiento que le permite realizar acciones especiales en sus próximos turnos. Estas localizaciones pueden ser las siguientes:

  • Oasis: permite colocar un asentamiento en un hexágono de desierto.
  • Granja: permite añadir un asentamiento en un hexágono de hierba.
  • Taberna: permite colocar un asentamiento adicional en una línea constituida por tres o más asentamientos.
  • Establos: permite desplazar un asentamiento dos hexágonos.
  • Puerto: permite situar un asentamiento existente en un hexágono de agua.

Y cuando Alejandro Magno vio su reino suspiró con melancolía porque no había más por conquistar.

Cuando un jugador coloque su último asentamiento en su turno culminará la ronda y se contarán los puntos de oro conseguidos, basándose en las condiciones de las cartas antes citadas. A destacar que cada asentamiento adyacente a un emplazamiento de castillo otorgará tres puntos de oro a ese jugador. Como es lógico, quien obtenga la mayor cantidad de oro se llevará la victoria.

A simple vista es un juego de reglas sencillas y lo es, pero además permitirá desarrollar y mejorar las habilidades de abstracción. Como complemento, debido a su duración acotada (como mucho una media hora) es el tipo de juego que se presta a una partida de revancha.

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En suma, os he descrito muy brevemente tres juegos que, además de jugarlos en formato físico, se pueden disfrutar en los confines de la red.

Hagamos una partida si me encontráis intentando romper algún hielo.

Saludos cordiales,

Wintermute.

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