jueves, 1 de abril de 2021

Cuando dos es el número correcto para un conflicto

Dos es el número natural que precede al tres y sigue al uno. Dos es la base del logaritmo binario. Dos también puede ser el número de bandos que se enfrentan en un determinado conflicto: una pelea de boxeo, un combate en una justa a caballo y lanza o simplemente un duelo con revólver al despertar el alba.

Existen multitud de juegos de mesa que involucran sólo a dos personas. En esta breve entrada os describiré algunos de éstos, ideales para jugar en pareja o con algún amigo.

Julius Caesar.

Alea iacta est.

La suerte está echada. Al menos eso fue lo que dijo Julio César, según Cayo Suetonio, cuando se rebeló contra el Senado romano.

Este apasionante juego cuenta con varios años a sus espaldas, pero ha envejecido como el buen vino añejo. Trata sobre el período histórico comprendido entre los años 49 y 45 a.C y cubre parte de la guerra civil del Imperio Romano que tuvo a Pompeyo y al propio Julio César como principales protagonistas. 

Gran militar, buen estratega y mejor líder.

En este juego de guerra, un jugador asumirá el bando leal a Julio César, mientras que el otro tomará las riendas del bando de Pompeyo el Grande. Cada bando se compone de bloques cúbicos de madera que representan las tropas de los respectivos ejércitos. La forma de los cubos es importante, porque en la arista de cada uno se indica la fuerza de la tropa en cuestión, la cual puede ser una legión, un líder, una ballesta, barcos, una guarnición de soldados, un pelotón ecuestre o incluso una tropa formada por elefantes. Esta última sólo la dispone Pompeyo, puesto que históricamente él los usaba en los enfrentamientos en el norte de África. Julio César en cambio y con razón, prefería no usarlos, puesto que consideraba que se asustaban en la batalla y eran muy impredecibles.

Antes de empezar a jugar, el manual propone una disposición de tropas conforme a la realidad histórica de la guerra. Pompeyo empezará con legiones en Hispania, en el norte de África y con el apoyo de Cleopatra en Alejandría. Por su parte, Julio César tendrá una fuerte presencia en Galia.

El juego se divide en rondas, una por cada año desde el 49 hasta el 45 a.C, y cada ronda en un número de turnos de cinco como máximo. Existe un mazo de 27 cartas de las cuales se reparten seis al inicio de cada ronda. Los jugadores deberán descartar una carta de su mano y quedarse con el resto.

Existen dos tipos de cartas, las de mando que representan los puntos de acción que dispone cada jugador en un turno, y las de evento que permiten realizar habilidades especiales. Al inicio de cada turno cada jugador juega una carta boca abajo y se revelan simultáneamente. Si ambas cartas son de evento, se descartan sin efecto. Si una de ellas es de evento, el jugador que la ha usado empezará el turno. Si las dos son de mando, empezará aquel con más puntos de acción. En caso de empate con las cartas de mando, el turno lo empezará quien lleve al bando de Julio César.

Veni, Vidi, Vici.

 Los puntos de acción permitirán mover tropas a través de los caminos principales o secundarios, desplazarse a través de los estrechos (como por ejemplo el de Byzantium), efectuar movimientos anfibios a través del Mar Mediterráneo mediante los barcos (navis) o atacar.

Los combates se resuelven con tiradas de dados de una forma sencilla pero muy intuitiva. Cada arista del bloque de madera representa la prioridad de ataque y el número máximo que se debe obtener en los dados para obtener un éxito. Por ejemplo, Octavio, uno de los líderes bajo el mando de Julio César, tiene un valor de A2. Eso quiere decir que su prioridad es A y su valor de ataque es 2, con lo cual sólo tendrá éxito si el resultado en los dados es 1 o 2. El valor en números romanos de la arista indica el número de dados que lanza en el ataque (hasta un máximo de cuatro).

Culminada cada ronda, se procede a una fase de Invierno, donde Cleopatra regresa a Alejandría y se une al bando que controle ese ciudad, todas las navis regresan a puerto, se alimentan las tropas (eliminando aquellas que excedan la capacidad máxima de cada ciudad o localización) y se cuenta el número de puntos de victoria.

Controlar una ciudad como Roma o Cartago Nova (donde está Cartagena en la actualidad), o bien haber eliminado a un líder enemigo, otorga puntos de victoria. Si al final de esta fase de Invierno un bando tiene 10 o más puntos, se declara vencedor de la partida.

En definitiva, se trata de un juego histórico de reglas sencillas pero con mucha estrategia, que nos hará estar dos horas ante una mesa.

Si tenéis curiosidad por la biografía de Julio César, os dejo este interesante vídeo.


 Y si queréis profundizar sobre las reglas de este excelente juego, os dejo un enlace con un tutorial elaborado por Escapando del Espacio Reticulado, un canal amigo en Youtube.

El Hobbit: El oro encantado.

El universo literario de J.R.R Tolkien en la Tierra Media es muy amplio y rico, y en el mundo lúdico hay multitud de títulos que han llevado con mejor o peor acierto la narrativa y obra de este gran escritor. Uno de esos juegos es el que a continuación describiré.

¡Vivamos una aventura épica! Bueno, quizás no tan épica.

El juego se compone de un tablero en el cual se desplegarán las cartas de enemigo de cada uno de los cuatro capítulos o episodios a desarrollar, así como también una bolsa con gemas de diversos colores. Cada jugador contará con un mazo idéntico de cartas, del cual tendrá cuatro en su mano.

El turno de juego es bastante simple, un jugador utiliza una carta de personaje con distintas habilidades que permiten obtener gemas de la bolsa o derrotar a los enemigos del tablero. Al acabar con uno de esos enemigos se pueden obtener o bien gemas adicionales o puntos de victoria, indicados mediante los escudos en las cartas de adversario.

Como complemento, las habilidades de los personajes pueden variar si se es portador del Anillo Único. El mazo se puede renovar jugando una carta, de la cual sólo existe una única copia en el mazo,  y que permite mezclar el descarte con lo que quede del mazo.

En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa buena comida y comodidad.

Poco más puedo decir sobre este juego. Pese a que sus mecánicas son simples, tiene más estrategia de lo que parece y el azar otorgado por las gemas contenidas en la bolsa le da el toque impredecible que puede inclinar la balanza de la victoria en favor del contrincante.

Unmatched: Battle of legends.

El invierno de 2021, además de la ola de frío ocasionada por Filomena, trajo esta joya lúdica traducida al español. Si bien la caja básica del juego indica que pueden jugar hasta cuatro personas, este juego en mi opinión es para dos.

En la batalla, no hay iguales. Al menos eso es lo que promete la portada del manual del juego. La premisa es bastante sencilla. Por algún motivo que no viene al caso, en una determinada localización se han presentado personajes de distintos orígenes y motivaciones para atacarse mutuamente hasta que sólo quede uno.

Cada personaje dispone de un mazo único de 30 cartas que definen tanto su comportamiento, como sus habilidades, modos de combate y defensa, así como cualquier otra propiedad específica. La caja básica, identificada como Volumen Uno, contiene los siguientes personajes:

  • ·         El Rey Arturo y el sabio mago Merlín como acompañante.
  • ·         Medusa y su séquito de crueles arpías.
  • ·         Simbad el marino acompañado de un leal porteador.
  • ·         Alicia, proveniente del País de las Maravillas, protegida por el oscuro Jabberwock.

Hola. Me llamo Alicia, no me importa tu nombre y vengo a derrotarte.

El juego se compone de un número indeterminado de turnos hasta que se logra derrotar al personaje del jugador rival, reduciendo a 0 sus puntos de vida.  En cada turno, se pueden hacer dos acciones de las tres siguientes disponibles:

  • Maniobrar. El jugador debe robar una carta de su mazo y la añade a su mano. Seguidamente, debe activar a su personaje principal y sus acompañantes para desplazarse un máximo de casillas, tantas como lo indique la carta de personaje. El personaje puede atravesar por casillas con aliados, pero en ningún caso podrá terminar su movimiento en una casilla ocupada por el oponente. 
  • Realizar una acción. El jugador revela una carta de acción y ejecuta el efecto que en ella se describe. Tras esto, se descarta la carta. 
  • Atacar. El jugador declara que realiza un ataque y coloca boca abajo una carta. Por su parte, el jugador defensor podrá o no, según su elección, jugar una carta para defenderse. Las cartas disponen un símbolo y un número en la esquina superior izquierda. Una estrella indica que es una carta de ataque, un escudo se asocia a una carta de defensa y una combinación de ambos símbolos indica que la carta puede usarse indistintamente para atacar o defender. Se revelan las cartas simultáneamente y quien tenga mayor valor de ataque o defensa habrá ganado el combate. Si el ataque tiene éxito se aplicará un daño igual a la diferencia entre el valor de la carta de ataque y la carta de defensa.

No hay más reglas. Sólo pensar en una buena estrategia y gestionar muy bien la mano de cartas. Un juego con unas mecánicas muy sencillas pero que da lugar a combates rápidos y muy épicos entre dos personas.

Naturalmente y como era de esperar, el juego dispone de una cantidad de expansiones ya publicadas y otras que vendrán próximamente como agua de Mayo. Entre esas expansiones es posible controlar a personajes tan memorables como Robin Hood y su banda de forajidos, a Buffy la cazadora de vampiros (no es broma), una manada de velociraptors del Parque Jurásico de Michael Crichton, a Caperucita Roja acompañada por el fuerte leñador, a Drácula y su corte de concubinas o incluso a Sherlock Holmes y su fiel amigo Watson.

Pero si hay una expansión que brilla con intensidad es la que contiene a Bruce Lee. Si, el mismo maestro del Jeet Kune Do.

Be water, my friend.

El maestro Bruce enseñando buenos modales a Medusa y sus arpías.

Ajedrez.

Termino esta publicación recomendando este ancestral juego. ¿Qué puedo escribir sobre él que no esté ya dicho o explicado?

Lo único que puedo agregar es que hay multitud de versiones y ambientaciones. Si tengo que destacar una, aprovechando que he mencionado antes al universo creado por el magistral J.R.R Tolkien, es aquella basada en El Señor de los Anillos.


Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas. Pero el Rey siempre mueve una casilla en cualquier dirección.

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Como siempre, si habéis llegado hasta el final sólo me queda daros las gracias y esperar que disfrutéis de una buena partida.

Saludos cordiales.

Wintermute.

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