sábado, 22 de febrero de 2020

Éxodo: Capítulo III.8


Capítulo III.8

Laura despertó en una cama blanda, rodeada de suaves cojines y situada en el centro de una habitación con paredes celeste. Vestía un camisón color crema y largo, y no estaba asustada.

Cuando recordó lo que había pasado, hizo una minuciosa inspección de su cuerpo. Se desvistió con toda la tranquilidad que pudo reunir, tocó cada rincón de su piel y no halló nada extraño. Se vistió y decidió sentarse para pensar ¿Qué había pasado exactamente? ¿Dónde estaba? ¿Cómo había llegado allí? ¿Qué había sido de Giovanni? ¿Y su equipo?

Un puerta se abrió ¿Había una puerta en la habitación? No la recordaba.

Accedió a un pasillo pulcro y sin puertas. Cuando volvió la mirada, la puerta que llevaba a la habitación había desparecido. Sólo existía un camino largo que conducía a un horizonte negro. Decidió avanzar. Pronto, el horizonte negro se reveló como una nueva puerta. A simple vista, se podría decir que era de caoba, pero eso era imposible. La madera había sido erradicada por la plaga gris. No había modo de…

La puerta se abrió con el chirriar de bisagras mal aceitadas. Laura avanzó un paso y luego otro, hasta llegar a un salón ataviado con suelo de mármol dorado, candelabros de plata y una mesa circular. El salón estaba adornado por una docena de armaduras con espadas relucientes y pesados escudos. Alrededor de la mesa, Laura pudo ver a tres figuras conocidas. Van der Meer, Larry y la mujer del clero vestían con el mismo tipo de camisón y estaban igual de confundidos.

-¡Laura!- Fue la efusiva respuesta del capitán, nada más verla. Le abrazó con fuerza –He temido lo peor-.

La científica le correspondió.

-¿Alguien sabe lo que ha pasado?- Interrogó, cautelosa.

-No. He despertado hace poco en una habitación muy curiosa. Me pareció que no tenía puertas-.

-No las tenía, en efecto- Intervino Larry con voz átona.

Un portal se abrió y desde una luz intensa emergieron dos siluetas de igual estatura. Por un momento muy breve, los ojos de Laura se entornaron y no pudo divisar a la pareja.

-Los cuatro sujetos están aquí- Dijo una de las siluetas.

-Es evidente. Si no estuvieran aquí, estarían en sus aposentos y nosotros no estaríamos aquí- Habló la segunda silueta.

-Excelente observación, 45901-.

-Gracias, 67802-.

El portal se clausuró muy despacio y, una vez acostumbrada la vista a la normalidad, Laura pudo ver a dos hombres idénticos, con los ojos rasgados, de baja estatura, cabello desordenado y piernas cortas. La científica pensó que se trataba de dos hermanos gemelos y, ante la evidencia, llegó a la conclusión preliminar de que eran humanos.

-¿Quiénes sois vosotros?- Preguntó el capitán, con precaución.

-Las predicciones hablan de dos posibilidades. Una. Usted me agrede. Dos. Usted le agrede a él. En ambos casos, usted muere. Le pido por favor que no lo haga- Dijo uno de los dos hombres, sin inmutar el rostro.

-67802 tiene razón, Sr. Van der Meer. No haga locuras- Convino el segundo.

-Parece que nos conocen, pero no nos han presentado- Les reprochó Giovanni.

-¡Ah! Perdonen nuestra mala educación. Mi nombre es Hiroshi Iwata 45901 y él es Hiroshi Iwata 67802. Encantados de conocerles-.

-¿Qué significa el número?- Interrogó Laura.

-El número es parte de nuestro nombre. Yo soy 67802 y él es 45901. Las diferencias saltan a la vista. Son evidentes-.

-Son evidentes- Acordó 45901.

-Debo admitir que estoy confundida… ¿Dónde estamos?- Laura sintió un repentino dolor de cabeza.

-En Ganímedes, naturalmente. Les hemos llamado ¿no recuerdan?- Respondió 67802.

-Vengan con nosotros, por favor. El Primero nos espera- Habló 45901.

-¿Quién es el primero?-.

-Nosotros somos 99999. Pero antes de nosotros hubo un Primero. Se llama Hiroshi Iwata 1. Con él somos 100000. Las matemáticas no fallan- Prosiguió 45901.

-Las matemáticas no fallan- Apostilló 67802.

Laura persiguió a la singular pareja con reservas, notando que Giovanni no dudaba en seguirla. Larry y la sacerdotisa hicieron lo mismo. No había otra alternativa.

Contra todo presagio, no se sentía amenazada o insegura en aquel sitio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario