¿Es imposible olvidar al primer amor? La pregunta, sin ser original, no es sencilla de responder. Más aún cuando eres mi suspiro de la juventud, mi primer beso temeroso, mi nostalgia adolescente y mi añoranza jamás olvidada.
¿Qué debo hacer cuando mis mejillas se sonrojan al escuchar tu voz? ¿Acaso debo volver a mi fuero interno de autocontrol? Imposible. Nuestros senderos llevan años separados, pero aún así despiertas en mi interior sentimientos que creía cerrados bajo llave en algún cofre oculto de mi corazón.
No tengo dudas, ni tampoco certezas, de que la suerte debida al azar ha querido entretejer de nuevo nuestro destino, aunque sea de forma provisional.
Tu llamada fue fulminante e impactó de lleno en mi ánimo. No habías terminado de justificar tu larga ausencia y ya me habías ganado en una partida que ni siquiera había empezado. Dejo todo para atenderte, escucharte y evocarte. Al borde de las lágrimas, te disculpas por tu alejamiento, pero desconoces que ya te había perdonado desde el primer instante.
Más de una vez he pensado en ti, soñando con la melodía de tus palabras diciéndome lo bien que me había quedado un corte de pelo, lo elegante que me sentaba aquella camisa azul, pero nada de eso ocurre. En todos esos sueños conseguía estar a tu lado, abrazado en una fría noche de invierno, disfrutando de una sombra bajo un frondoso árbol en una cálida tarde de verano, o simplemente viendo cómo el follaje cambia de color durante el otoño.
Lo cierto es que nuestro barco naufragó en una primavera ya muy lejana.
Tú tienes tu vida, yo tengo la mía. No ha podido ser de otro modo. Sin embargo, te pido por favor que me mires por última vez, déjame deleitarme en el brillo de tus hermosas pupilas, en la timidez de tu sonrisa y en lo insondable de tu silencio.
Hagamos una promesa, aquí y ahora, aunque sea en lo más hondo de mi pensamiento furtivo. Si en verdad existe una vida después de ésta, volvamos a encontrarnos, conozcámonos, enamorémonos y alcancemos la plenitud juntos. Hagamos el amor más de mil veces, fundámonos en incontables besos y construyamos un nido donde yacer hasta la inexorable vejez.
Si la buena fortuna no nos acompaña, entonces caminemos por las diferentes vertientes del destino, hallándonos en las infinitas iteraciones de la incertidumbre. No descansemos hasta cumplir con esta ambición oculta.
Mientras tanto, en esta, nuestra realidad más fehaciente, vivamos plenamente y con la mayor de las felicidades. Porque si tú eres feliz, yo me sentiré dichoso de saberlo, aunque no compartas ese gozo conmigo.
Solo tengo para ti palabras nobles, porque las tienes muy bien merecidas. Eres la grandeza hecha persona, la humildad en máxima ebullición y la ladrona fugitiva de mi existencia. En definitiva, eres mi persona favorita. Mi primer amor, mi amor verdadero, mi amor más preciado.
No te puedo olvidar. No te olvidaré.
10月無口な君を忘れる