Parte
IV
Los
exploradores
Capítulo IV.1
Hiroshi Iwata 20002 se sobresaltó cuando
el ratón blanco se escabulló en la fisura de la pared.
Como parte de la terratransformación de
las dieciséis colonias de Plutón, Michael Van der Meer O’Riley, regente de las
ciudades extremas del Sistema Solar y noveno hijo de Laura y Giovanni, había
gestionado la introducción paulatina de especímenes terrestres, entre los
cuales se hallaba la amplia familia de los roedores.
20002 aún no estaba acostumbrado a la
presencia de tan diminutos y escurridizos seres. Sin embargo, su cerebro
electrónico trabaja deprisa y ya sabía que el mejor modo para atraparlos era
por la cola, o que el queso de olor fuerte les atraía. También aprendió que no
formaban parte de la dieta habitual de los humanos, pero ayudaban a controlar
la población de insectos y servían como alimento de los gatos y de felinos más
grandes.
Las estimaciones más optimistas indicaban
que se necesitarían diez años más para asentar la transformación de las nuevas
colonias, cuestión que había complacido a los habitantes plutonianos. Durante
las colonizaciones preliminares en Júpiter, Neptuno, Io, Fobos, Marte, Urano y
Europa, el tiempo requerido para el mismo proceso se había extendido durante una
generación completa.
20002 terminó de clasificar y archivar en
el zettaordenador las más de cuatrocientas nuevas especies terrestres
introducidas en los últimos dos meses. Un trabajo arduo, más aún teniendo en
cuenta que se había decidido mantener la antigua denominación y taxonomía
basada en el extinto idioma latín. Cuando se dispuso a ordenar el padrón
municipal actualizado con el último censo, recibió una visita inesperada.
Se trataba del mismísimo regente en
persona. Michael Van der Meer O’Riley era un hombre de sesenta años, rostro
pecoso, cabello blanco, complexión delgada, padre de seis intrépidos
aventureros y abuelo de quince traviesos niños. En sus ojos claros como el agua
no había expresión alguna, sólo un vacío infinito e insondable. Con aspecto
cansado, se dejó caer en toda su estatura sobre una silla metálica y dura.
-Mi señor…- Dijo 20002.
-Déjate de esas tonterías formales-
Interrumpió Michael secamente y con desdén –He venido a distraerme de la
burocracia que reina en las colonias-.
-¿En qué puedo servirle?-.
-Sírveme una copa por favor… Whisky, si
hay claro-.
20002 obedeció con diligencia. En el
pasado servía íntegramente al Primero, pero ahora era parte del gobierno de las
nuevas colonias, se debía a ellas y, por añadido, al regente.
-El peso de mis apellidos es muy grande
¿sabes?- Comentó Michael, luego de sorber un ínfimo trago del alcohol –Soy el
más joven de mis hermanos y mis padres copularon mucho ¿entiendes?- Río
amargamente por un momento -¿Cómo va el proceso?-.
-Los animales acuáticos están sufriendo
una adaptación compleja. Debemos mantener la temperatura de las piscinas
artificiales para que ellos puedan vivir en un ecosistema similar al de la
Tierra. Las focas están siendo el principal foco de nuestra atención-.
-¿Las focas? ¿Y eso?-.
-Necesitamos un entorno gélido para ellas
y eso afecta la supervivencia de otras especies como los tigres marinos y los
tiburones martillo. Además, se reproducen muy rápido con lo cual hemos decidido
establecer un control de natalidad entre su población. Esperamos tener
resultados adecuados en aproximadamente once semanas-.
-Una solución inteligente… Me recuerda a
mis clases de historia ¿sabes?- Apuró el vaso de whisky –Se decía que las
antiguas ciudades marinas establecieron en algún momento un control similar. No
había recursos y abundaban personas… En fin, parece que estamos condenados a
repetir tradiciones, de un modo u otro-.
-Mi señor, en cualquier caso podríamos
construir nuevas piscinas si usted no desea aplicar estas medidas-.
-No me hagas caso, 20002… Soy sólo un
viejo que divaga. Sírveme otra copa, si eres tan amable-.
Hiroshi Iwata 20002 se sorprendió por
segunda vez en el día ante el simple hecho de que el regente recordara su
número.
Preparó otra bebida con más dedicación y
entusiasmo.
-¿Conoces la Galaxia de Andrómeda?-
Interrogó Michael con expresión ausente.
-Sí, señor.
-Un equipo de astrónomos de Europa ha
hecho un descubrimiento que ha causado un revuelo a escala universal ¿me
sigues? Una de mis hermanas dirigió las investigaciones. Se ha armado tal jaleo
que he tenido que viajar rápidamente a Titán a una cumbre de emergencia. Había
muchos de los tuyos allí-.
-¿Puedo preguntar en qué consisten esas
investigaciones?-.
Michael Van der Meer O’Riley suspiró y
bebió con calma la totalidad del whisky.
-Se ha encontrado una estrella de
características análogas a las de nuestro sol en pleno centro de la Galaxia de
Andrómeda ¿sabías que esa condenada galaxia se acerca hacia nuestro Sistema
Solar a una velocidad 300 kilómetros por segundo?-.
-Esas son buenas noticias. Indican la
existencia de planetas potencialmente habitables-.
-Eso no es lo único, 20002. Los
investigadores han recibido un mensaje que no pueden entender. Algo muy
parecido a lo que supuestamente hizo el Primero ¿no estarás al tanto de eso?-.
-Mi señor, el Primero se comunicó con sus
antepasados pero no dejó instrucciones precisas para futuros mensajes-.
-Eso mismo han contestado el resto de tus
hermanos gemelos. Los hemos interrogado a todos. A los otros 99998. Uno por uno
y por separado, y siempre hemos obtenido la misma respuesta, así que hemos
decidido descartaros y asumir un nuevo escenario-.
-¿Cuál, mi señor?-.
-Lo incuestionable, 20002. A no ser que el
primer Hiroshi Iwata haya dejado una progenie en la Galaxia de Andrómeda con
alguna chica audaz, estamos ante la evidencia de una especie alienígena, ajena
a los humanos. En consecuencia, se ha resuelto la planificación de una
expedición sin precedentes, para tomar contacto con esa especie… Y tú ayudarás
en esta nueva expedición-.
-¿Yo? ¿Por qué yo, mi señor?-.
-Irás con dos de mis hijos, ambos
capitanes navegantes. Conoces cómo trabajamos, nuestras necesidades y
costumbres. Eres el más indicado para asistirnos-.
-Pero… ¿y mi trabajo? Los animales…-.
-90312 te sustituirá. Tiene la experiencia
de Io, Jápeto y Urano en la transformación de ecosistemas terrestres, pero no
tu pericia y habilidad en los viajes espaciales. Has estado en la migración de
las ciudades submarinas de la Tierra, por lo que creo que tu contribución será
invaluable-.
-¿Y qué debo hacer?- 20002 estaba atónito.
-Lo que siempre ha hecho la humanidad en
su historia reciente, querido amigo- Michael le dio una palmada en el hombro
derecho –Explorar-.
FIN
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